Columnas

La Hna. Susan Francois reflexiona —a propósito de la Cuaresma y para la serie Una Mirada Joven— sobre la necesidad de un "reinicio colectivo en el amor de Dios" en tiempos de crisis. La religiosa comparte su experiencia del capítulo de su comunidad, donde discernieron una transformación del corazón para vivir de forma diferente: con valor, humildad y confianza en el amor infinito de Dios, y abrazando los impulsos del Espíritu para 'ser' quienes 'dicen ser'.  

Desde competir por tener la mejor cruz de ceniza en la infancia hasta buscar sentido a la cruz que le fue asignada en un retiro, la Hna. Michele Morek reflexiona —a propósito del Miércoles de Ceniza— sobre cómo el Señor 'elige' nuestras cruces, más valiosas que cualquiera que nosotros elegiríamos. "Sea cual sea la cruz, con ella tendremos a Jesús. Y donde esté Jesús, encontraremos refugio", escribe. 

La teóloga laica Consuelo Vélez cuestiona la actitud de quienes se creen maestros sin serlo y destaca la importancia del crecimiento personal para la que la bondad interior pueda dar frutos buenos. "No creerse poseedor de la verdad, sino siempre aprendiz en continua conversión, haría mucho bien al crecimiento de cualquier comunidad", escribe en su comentario al Evangelio del domingo para la serie Al partir el pan.

"La reflexión teológica debe tener en cuenta la perspectiva de los pobres, debe partir de un sano arraigo en los contextos, de una tendencia a que la realidad interpele y vertebre, y una disposición a descubrir el accionar de Dios en los engranajes de la historia", escribe la Hna. Liliana Franco, presidenta de la CLAR, tras su participación en un encuentro de teólogos y teólogas organizado en Estados Unidos por la Red Iglesia en América.

La Hna. María Elena Méndez Ochoa reflexiona sobre cómo la fragilidad humana puede ser un camino hacia la madurez y el crecimiento espiritual. Al abrazar su propia vulnerabilidad, la religiosa aprendió a dejar atrás las falsas creencias sobre la perfección y a ver en sus limitaciones oportunidades para crecer y aprender de los demás. "Antes, en la vida religiosa nos enseñaban que veníamos a ser santas, perfectas… unas supermujeres, casi inhumanas", ha escrito.

"Porque se experimenta ese amor de Dios Padre/Madre que supera toda expectativa, surge la actitud de responder con ese mismo amor a todos los semejantes. El amor cristiano es fruto de experimentar el amor de Dios y compartirlo con generosidad. Nuestras sociedades están necesitadas de más generosidad, de más compasión, de más misericordia, de más compromiso fraterno/sororal", escribe la teóloga Consuelo Vélez en su comentario al Evangelio del domingo para la serie Al partir el pan.  

La Hna. Jean Flannelly nos invita a descubrir nuestro verdadero ser y a abrazar la mística contemplativa durante el viaje interior hacia la adultez mayor. "Nuestra identidad es mucho más profunda y rica de lo que creemos. A veces podemos vislumbrarla, pero nunca podremos vernos completamente como realmente somos. El peregrinaje interior nos pone un espejo ante los ojos, permitiéndonos ver y elegir quién queremos ser a los ojos de Dios", afirma.

"Recuperemos la dimensión social del Reino de Dios, liberándonos de espiritualismos falsos que nos hacen indiferentes al sufrimiento real de los hermanos. Ser mensajeros de la buena noticia implica comprometerse con las situaciones en el aquí y en el ahora, y buscar transformarlas para garantizar que el Reino se haga presente entre nosotros", escribe la teóloga Consuelo Vélez en su comentario sobre las bienaventuranzas —para la serie Al partir el pan—relatadas en el Evangelio de este domingo.