"Vamos caminando juntas", dice María, una inmigrante venezolana, sobre el grupo de mujeres de su misma nacionalidad que encontró en su travesía de más de 2150 km desde Puerto La Cruz, en Venezuela, hasta Puraquequara, Brasil. El peligroso viaje de María y su hija de 12 años refleja, desde un relato personal, la resiliencia y esperanza colectiva de quienes buscan un futuro mejor lejos de su país de origen.