'Guardianas de la esperanza' en un refugio monástico de Zhytomyr, Ucrania

Una representación del Cristo Pantocrátor, rodeado por los cuatro evangelistas, en el interior de la iglesia de la Entrada de la Santísima Theotokos en el Templo en Zhytomyr, Ucrania. (Foto: cortesía Emanujila Vishka)

Una representación del Cristo Pantocrátor, rodeado por los cuatro evangelistas, en el interior de la iglesia de la Entrada de la Santísima Theotokos en el Templo en Zhytomyr, Ucrania. (Foto: cortesía Emanujila Vishka)

Emanujila Vishka

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Traducido por Carmen Notario

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Esta primavera visité Zhytomyr, una ciudad de Ucrania fundada en el siglo IX, más o menos al mismo tiempo que la invención de la pólvora en China y el álgebra en Bagdad. Zhytomyr es tan antigua como Beowulf y Alfredo el Grande, el primer rey de los ingleses. 

Por desgracia, la ubicación de Zhytomyr no le permitió conservar todos sus monumentos históricos, como un castillo medieval, iglesias y monasterios. La ciudad ha sido destruida y reducida a cenizas por diversos invasores en numerosas ocasiones, solo para ser reconstruida una y otra vez por sus perseverantes ciudadanos.

Mi primera impresión en marzo de 2024 surgió de los barrios más pobres de la ciudad, donde el color gris sucio predominante de una zona industrial marcaba un tono sombrío. Fue en esta zona donde las Hermanas Basilianas fundaron su monasterio hace dos décadas. El predominio del gris, resultado de la política soviética y de las anteriores políticas imperiales rusas, crea un ambiente deprimente sobre una ciudad sepultada bajo el hormigón y el asfalto. Nada levanta el espíritu. Nada llama la atención por su belleza.

Entonces, de repente, entre las chabolas destartaladas y las chimeneas de las fábricas que pasaban junto a la ventanilla de mi coche, apareció una pulcra iglesia y monasterio de ladrillo blanco. Sin embargo, nada me preparó para la experiencia que viví en su interior. Yo diría que es un 'impacto de colores': una variada gama de arco iris que transporta a los visitantes a un mundo de cuento de hadas. La mirada es atraída hacia el azul bizantino y el rojo carmín, el naranja dorado y el bronce, siguiendo la belleza alegre y a la vez solemne en círculos y olas. Al final de la visita, el gris dominante de los barrios bajos de Zhytomyr queda sustituido en la propia consciencia por el interior de la iglesia radiante y vibrante.

Sor Emanujila Vishka, en el centro, con visitantes de la administración general y otros miembros de la comunidad de las Hermanas Basilianas en el interior de la iglesia de la Entrada de la Santísima Theotokos en el Templo en Zhytomyr, Ucrania. El encuentro formaba parte de una visita canónica en marzo de 2024. (Foto: cortesía Emanujila Vishka)

Sor Emanujila Vishka, en el centro, con visitantes de la administración general y otros miembros de la comunidad de las Hermanas Basilianas en el interior de la iglesia de la Entrada de la Santísima Theotokos en el Templo en Zhytomyr, Ucrania. El encuentro formaba parte de una visita canónica en marzo de 2024. (Foto: cortesía Emanujila Vishka)

Los frescos de la iglesia del monasterio fueron creados por las Hermanas Basilianas: la Hna. Nazaria Mykhayliuk, junto con las Hnas. Dia Zahuska, Yevstakhiya Romanchuk, Mykhaila Kindra, Khrystofora Ternynko, Romana Hutnyk, Yelysaveta Varnitska y Yakynta Hulkovska. No sé si fue la intuición de las hermanas, una coincidencia milagrosa o un plan cuidadosamente preparado, pero para los habitantes de Zhytomyr esta iglesia monasterio es como una vitamina para un cuerpo desnutrido.

El ascetismo en la arquitectura habla alto en medio de la montaña rusa de imágenes brillantes en anuncios, vídeos en las redes, películas y programas de televisión. Pero cuando el gris apagado domina el ambiente, las personas que buscan en su interior necesitan iconos que sacien su sed de colores variados y alegres. Las hermanas trabajaron durante varios veranos pintando las paredes de la iglesia, y aunque una parte sigue inacabada, el resultado que deja es impresionante.

Rezar allí, rodeada de una belleza que abraza de inmediato a cada visitante, es una experiencia que recomiendo encarecidamente. Teniendo en cuenta la guerra, la amenaza siempre presente de invasión y la posibilidad de ser borrados como nación, lugares como este tienen un profundo significado terapéutico para los habitantes de Zhytomyr y de toda Ucrania. Los muros de este monasterio no son el único refugio que los ciudadanos de Zhytomyr pueden encontrar en este lugar concreto.

Icono de los mártires ucranianos —obispos, sacerdotes y laicos del siglo XX— beatificados en 2001. En la primera fila, de izquierda a derecha: Klymentiy Sheptytsky, Vasyl Velychkovsky, Hryhoriy Khomyshyn, Nicholas Charnetsky y Omelyan Kovch. En la segunda fila, desde la izquierda: Zynoviy Kovalyk, Ivan Ziatyk, Mykola Konrad y Volodymyr Pryjma. (Foto: cortesía Emanujila Vishka)

Icono de los mártires ucranianos —obispos, sacerdotes y laicos del siglo XX— beatificados en 2001. En la primera fila, de izquierda a derecha: Klymentiy Sheptytsky, Vasyl Velychkovsky, Hryhoriy Khomyshyn, Nicholas Charnetsky y Omelyan Kovch. En la segunda fila, desde la izquierda: Zynoviy Kovalyk, Ivan Ziatyk, Mykola Konrad y Volodymyr Pryjma. (Foto: cortesía Emanujila Vishka)

La misión de las Hermanas Basilianas en Zhytomyr refleja el espíritu del interior de su iglesia. Su presencia orante, sanadora y vivificante es una fuente de alimento para el alma. Actualmente, la comunidad está formada por tres hermanas que prestan sus servicios en los ámbitos de la educación, la sanidad, la asistencia social y la pastoral. El año que viene, las Hermanas Basilianas celebrarán 20 años de su llegada a Zhytomyr. Puedo atestiguar personalmente que esta alegre comunidad sirve fielmente a los marginados y a cualquier persona necesitada.

Tal vez la mejor manera de describirlas sea como 'guardianas de la esperanza', una esperanza que las Hermanas Basilianas y sus predecesoras han salvaguardado durante siglos, a través de todas las turbulencias de la historia ucraniana. A pesar de las fuerzas de la oscuridad y de las sombras de la desesperación, deseo de todo corazón que esta comunidad y su hermosa iglesia perseveren en la esperanza y triunfen en el amor y la alegría que comparten con el pueblo de Zhytomyr.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 24 de febrero de 2025. 

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