ENTREVISTA | La Hna. Mónica Ichife y las bombas de agua potable en Malawi

Donde fluye el agua, brota la vida: proyecto hídrico en favor de la salud de las Hermanas de la Caridad

La Hna. Mónica Ichife delante del huerto comunitario de Konzalendo, Malawi, el 26 de septiembre de 2023. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

La Hna. Mónica Ichife delante del huerto comunitario de Konzalendo, Malawi, el 26 de septiembre de 2023. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

Joanna Kozakiewicz

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Traducido por Magda Bennásar

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La Hna. Mónica Ichife, miembro de las Hermanas Religiosas de la Caridad, una congregación fundada por Mary Aikenhead en Dublín en 1815, lleva desde 2021 en misión en Thyolo (Malawi), uno de los países africanos más pobres. En esta región, la mayor preocupación de los lugareños es el acceso al agua potable, mientras que su principal sustento diario proviene de la agricultura. Sin embargo, el suministro hídrico está expuesto al cólera y a otras enfermedades, ya que muchas personas recogen el agua para consumo del mismo arroyo donde se bañan y lavan la ropa y los utensilios de cocina.

Durante los últimos tres años, cuatro hermanas han trabajado para asegurar que la población tenga acceso al agua potable mediante la instalación de bombas, además de promover la agricultura de regadío para garantizar una producción de alimentos significativa y sostenible a lo largo del año.  Las religiosas Imelda Sibanda, Mairead Ni Chuirc, Pereka Nyirenda e Ichife dependen totalmente de la financiación de la congregación, de organismos de financiación y de particulares.

Las hermanas de esta congregación internacional se dedican a la educación, la sanidad, la asistencia social y pastoral y a la defensa de  los derechos humanos. Sus comunidades están en Irlanda, Inglaterra, Escocia, California, Nigeria, Zambia y Malawi.

Las religiosas  celebraron una reunión con el responsable de desarrollo local del distrito para estudiar la posibilidad de crear un comité de jefes, miembros de la comunidad y funcionarios del Gobierno para planificar proyectos de infraestructuras hídricas a mayor escala. 

Instalación de una bomba de agua en el pueblo de Mpholiwa, Malawi, el 1 de febrero de 2022. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

Instalación de una bomba de agua en el pueblo de Mpholiwa, Malawi, el 1 de febrero de 2022. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

Con el apoyo de algunas personas de Irlanda, 14 comunidades de Malawi se benefician de esfuerzos conjuntos para instalar una bomba manual de agua. Actualmente se construye una base para la bomba y se  acondicionan las áreas circundantes para facilitar el riego de las tierras de cultivo cercanas.

Ichife aceptó hablar con GSR sobre el tema.

GSR: ¿Puede describir la situación actual del agua en Malawi?

Ichife: En Malawi, una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable, pero en las zonas rurales el porcentaje se eleva a tres de cada cuatro. Según WaterAid, 10.4 millones de personas no tienen acceso a un servicio decente (de una población de 21 millones). Eso es casi la mitad de la población.

Proporcionar acceso a agua limpia y saneamiento para todos es una prioridad gubernamental, pero alcanzar el objetivo no se está logrando con rapidez. En las zonas rurales, como la nuestra, la mayoría de la gente saca agua de los arroyos, en donde lavan la ropa y los utensilios de cocina y donde se bañan.

Por tanto, el riesgo de enfermedades relacionadas con el consumo de agua es un problema importante. La sequía es a menudo un problema derivado del cambio climático y da lugar a una baja producción agrícola, excepto para quienes se dedican a la agricultura de regadío.

Mujeres lavan la ropa en el arroyo de la aldea de Konzalendo, en Malawi, el 21 de enero de 2023. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

Mujeres lavan la ropa en el arroyo de la aldea de Konzalendo, en Malawi, el 21 de enero de 2023. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

¿Por qué acude la comunidad a ustedes para resolver el problema del agua?

Porque aquí, en la comunidad religiosa, tenemos agua de pozo, así que eso les hace pensar que se les puede ayudar. Si las hermanas tienen algo así, quizá se les pueda ayudar.

Ahora el Gobierno también intenta ayudar, pero no de forma generalizada. Los habitantes de los municipios tienen más acceso al agua potable que los de las zonas rurales.

¿Cuál es la distancia que tienen que recorrer algunos lugareños para conseguir agua potable?

La distancia a la mayoría de los pozos excavados con bomba manual es de 1000 metros a 2 kilómetros, porque el pozo se excava por debajo de las colinas donde corren los arroyos, y los pozos de sondeo llevan el agua más cerca de sus casas, colina arriba.

Para los que no lo sepan, ¿puede contarnos algo más sobre la infraestructura y por qué el agua es así?

Muchos malauíes viven en zonas rurales sin infraestructuras. La red de carreteras es muy pobre, con pocas vías asfaltadas. Muchos pueblos están en zonas de difícil acceso, por caminos de tierra cuyo terreno es difícil para los vehículos. La mayoría de los malauíes que viven en zonas rurales pasan largas horas caminando hasta los centros comerciales desde sus aldeas, ya que el transporte disponible es muy limitado. 

Unas niñas vuelven del arroyo con sus cubos de agua llenos en el pueblo de Mphatso, Malawi, el 1 de octubre de 2021. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

Unas niñas vuelven del arroyo con sus cubos de agua llenos en el pueblo de Mphatso, Malawi, el 1 de octubre de 2021. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

Los Gobiernos locales dependen del Gobierno federal para la financiación de la puesta en marcha de proyectos. Sin embargo, un factor importante es que la corrupción suele desempeñar un papel a la hora de impedir la ejecución de los proyectos.

El cambio climático y la deforestación también afectan al suministro de agua, ya sea porque los ríos y arroyos se secan o porque las condiciones meteorológicas extremas hacen que el agua de lluvia llene los ríos o arroyos de lodo arrastrado desde las montañas.

¿Qué tipo de enfermedades pueden contraerse si se bebe agua local sin filtrar?

La diarrea es un gran problema, especialmente para los niños menores de 5 años. Un estudio publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina sobre la diarrea en niños pequeños reveló que la prevalencia de la enfermedad es casi un 25 % mayor entre los niños de 12 a 23 meses que en cualquier otra  edad.

Según la Biblioteca Nacional de Medicina, los niños de la región meridional de Malawi, en particular, tienen una mayor prevalencia de diarrea (27 %) que los de la región septentrional (19%). 

La diarrea no es la única enfermedad que afecta a Malawi; el cólera también es un riesgo por beber agua sucia, y en los últimos años ha habido varios brotes de cólera.

Esto ha servido de motivación a las Hermanas de la Caridad para ayudar a prevenir y reducir las enfermedades con la instalación de bombas de agua en las comunidades en las que estamos presentes en todo Malawi. Queremos ayudar a que la gente tenga más acceso a fuentes de agua limpia y a lugares que estén más cerca de donde viven.

Un arroyo local en la aldea de Mphatso, Malawi, donde la gente se bañaba y bebía antes de tener una bomba de agua el 22 de junio de 2021. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

Un arroyo local en la aldea de Mphatso, Malawi, donde la gente se bañaba y bebía antes de tener una bomba de agua el 22 de junio de 2021. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

¿De qué otras formas se ve afectada la vida de los lugareños por no tener acceso a agua limpia?

La larga caminata hasta la fuente de agua y subir y bajar las colinas afecta especialmente a la vida de las mujeres y las niñas, que son las principales portadoras de agua. Afecta a la capacidad de las niñas para asistir a la escuela con regularidad, ya que se quedan en casa para acarrear agua y realizar otras tareas. Esto debilita fundamentalmente cualquier progreso educativo de las mujeres. No solo eso, sino que afecta a sus perspectivas de salud y, físicamente, vemos problemas de dolor en la parte baja de la espalda debido al acarreo regular de pesos pesados.

En algunos casos desafortunados, en particular cuando hay que recorrer una larga distancia para llegar a un pozo, se han producido incidentes en los que las niñas han sufrido abusos o agresiones. Las implicaciones de esto también han provocado [muchos embarazos de] mujeres jóvenes de entre 15 y 18 años en estas comunidades y, de nuevo, eso significa el fin de la educación de esa mujer, ya que pasa a tener responsabilidades familiares. Estos embarazos hacen que aumente la población en los pueblos, lo que provoca una mayor escasez de esos preciados recursos.

La recogida de agua es esencial en un pueblo e incluso para aquellas mujeres que quieren enviar a sus hijas a la escuela, la carga añadida de recoger agua a sus ya numerosas tareas —como cocinar, cultivar, recoger leña para cocinar, etc.— nunca disminuye.

Ropa lavada en el arroyo de la aldea de Mpholiwa, en Malawi, el 15 de marzo de 2022, se seca extendida sobre piedras o en la hierba, mientras una niña espera para llevarla después a casa. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

Ropa lavada en el arroyo de la aldea de Mpholiwa, en Malawi, el 15 de marzo de 2022, se seca extendida sobre piedras o en la hierba, mientras una niña espera para llevarla después a casa. (Foto: cortesía Mónica Ichife) 

¿Qué proyectos hídricos propuso su comunidad?

Las Hermanas de la Caridad se involucraron en 2014 cuando discutimos el asunto con la población local. Nos sentimos orgullosas de poder ayudar porque nuestra misión es tratar de ayudar fundamentalmente a los pobres de nuestras comunidades.

También nos interesa aportar un cambio positivo al medio ambiente y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. El objetivo 6 aspira a proporcionar agua potable y saneamiento a todos para 2030. Ese objetivo es importante para nosotras, ya que vemos el enorme efecto que puede tener la falta de agua limpia.

El carisma fundacional de las Hermanas de la Caridad es el servicio a los pobres y creemos que este es un ámbito importante para llegar a la gente de aquí. En 2014 trabajamos con el responsable de desarrollo del distrito y con Misean Cara (una agencia irlandesa que financia a misioneros a través del proyecto gubernamental Irish Aid).

A diferencia de [organizaciones no gubernamentales] como WaterAid, que operan en el norte de Malawi, nuestro objetivo no es solo suministrar agua potable. Las Hermanas de la Caridad ofrecen diversos programas de formación e iniciativas a las comunidades donde estamos establecidos y vivimos. Sin embargo, cuando recibimos peticiones de las aldeas para nuevas bombas de agua o mejoras de las bombas, intentamos ayudar en lo que nos permiten nuestros fondos.

Los habitantes de la comunidad de Nthumbizira, en la aldea de Konzalendo (Malawi), se reúnen con el párroco, el padre Daniel Makwiti, el 12 de septiembre de 2022, para la ceremonia de inauguración y bendición de una bomba de agua recién instalada. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

Los habitantes de la comunidad de Nthumbizira, en la aldea de Konzalendo (Malawi), se reúnen con el párroco, el padre Daniel Makwiti, el 12 de septiembre de 2022, para la ceremonia de inauguración y bendición de una bomba de agua recién instalada. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

Seguiremos trabajando con el responsable de desarrollo hídrico del distrito, las propias comunidades, el mecánico de aguas de la zona y, a menudo, con los jefes de la zona que soliciten una bomba o un pozo. Desde 2022 hemos suministrado 15 bombas manuales y dos pozos.

En cada pequeña aldea puede haber entre 40 y 60 familias que se benefician de la bomba. Es increíble ver los muchos beneficios que aporta a la vida cotidiana de estas familias.

Nuestro trabajo garantiza que la población local tenga acceso a agua limpia y segura más cerca de sus casas de lo que estaría un arroyo. Ese es el cambio más importante para ellos. El pozo llevó el agua a la gente y evitó que tuvieran que bajar al valle a buscarla.

En muchos casos, las mujeres y las niñas siguen teniendo que acarrear el agua cuesta arriba hasta sus casas, a menudo un trayecto de más de 1000 metros, pero el hecho de que el agua esté limpia y haya menos probabilidades de contraer enfermedades transmitidas [a través de ella] supone una enorme diferencia para la salud y la calidad de vida de los lugareños.

Las Hermanas  de la Caridad siguen trabajando en Malawi para suministrar agua potable a las aldeas donde es posible.

¿Cuál es su papel en esta misión?

Mi implicación en esta misión es ayudar a la gente a tener acceso a agua limpia y reducir la cantidad de recaídas frecuentes de enfermedades que afectan a sus vidas y a su salud en particular, para luego mejorar su calidad de vida, sus costumbres y su nivel de vida. Porque si tienen buena salud, por supuesto, la calidad de su vida mejorará con la ayuda del agua limpia, que reduce la cantidad de enfermedades y mejora la calidad de vida.

También eleva su dignidad porque todos están implicados. No son solo las hermanas las que están implicadas, ellas también contribuyen al progreso de su nivel de vida. Cuando les damos esa conciencia, les da más ánimo y entusiasmo. Saben que tienen que cuidar la bomba. No nos limitamos a instalar la bomba y dejarlas solas. Les animamos a formar un comité que cuide de la bomba en caso de que ocurra algo. Porque si pasa algo, ¿quién la repara? 

Una joven bebe de la bomba de agua instalada en la aldea de Mphatso, en Malawi, el 1 de octubre de 2021. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

Una joven bebe de la bomba de agua instalada en la aldea de Mphatso, en Malawi, el 1 de octubre de 2021. (Foto: cortesía Mónica Ichife)

¿Van a esperar a que las hermanas o los funcionarios del Gobierno vengan a repararla? No, su comunidad se esfuerza por contribuir con dinero al mantenimiento de la bomba para que les dure. Así que están encantados de hacerlo.

¿Por qué es importante para usted este proyecto?

Este proyecto es importante para mí para que se reduzca su nivel de pobreza y el número de los que piden agua y son hospitalizados.

Además, durante la sequía, la producción de los cultivos agrícolas se reduce. Ahora, nuestra intervención consiste en ayudar directamente con el riego del agua. Canalizar el agua con algún tipo de tubería hasta la granja para que cuando no llueva el agua generada por la roca abastezca a los agricultores y ayude al crecimiento de los cultivos alimentarios.

Los que practican la agricultura de regadío durante todo el año tienen cultivos alimentarios, pero los que no lo hacen no tienen alimentos en la zona en la que nos encontramos. El año pasado no pudieron comprar su alimento básico, que se llama nsima (harina de maíz). Lo comen tres veces al día si no tienen otra cosa que comer. Pero tienen que cultivarlo para conseguirlo.

El año pasado fue tan malo que cultivaron su maíz, pero no hubo cosecha.

Este año esperamos que la producción sea mayor para ellos porque empezamos a tener lluvias. Pero los que se dedican a la agricultura de regadío no tienen problemas con los alimentos locales.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 17 de septiembre de 2024.