"Desde 2022 hemos suministrado 15 bombas manuales y dos pozos. Nuestro trabajo garantiza que la población tenga acceso a agua limpia y segura más cerca de sus casas de lo que estaría un arroyo", explica la Hna. Mónica Ichife, quien añade que el proyecto hídrico de las Hermanas de la Caridad no solo disminuye las "probabilidades de contraer enfermedades" por contaminación del agua, sino que también posibilita la agricultura de regadío —especialmente útil durante las sequías— a los habitantes de las aldeas de Malawi.