Una revelación luminosa: el poder del testimonio de las mujeres consagradas

La Presentación en el Templo, obra de Álvaro Pérez, 1430 aprox. (Foto: Artvee)

La Presentación en el Templo, obra de Álvaro Pérez, 1430 aprox. (Foto: Artvee)

Traducido por Magda Bennásar

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Las palabras contienen poder. Como traductora, he sido testigo de cómo una sola frase puede suscitar asombro, duda o incluso transformación. Imagina ser Simeón, uno de los traductores de la Septuaginta, contemplando la frase: "He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo". ¿Qué se sentiría al tener que traducir palabras que desafían la lógica, la tradición e incluso la experiencia humana?

La tradición ortodoxa sostiene que Simeón fue uno de los 70 eruditos judíos elegidos para traducir el Antiguo Testamento del hebreo al griego durante el reinado de Ptolomeo II en 296 a. C. Se cree que al traducir el versículo de Isaías 7, 14: "He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel", Simeón dudó sobre la palabra "virgen" porque temía que la gente se burlara de él. En su lugar, consideró traducir la palabra como "mujer joven".

Según la leyenda, se le apareció un ángel que le dijo: "Verás cumplirse estas palabras. No morirás hasta que veas a Cristo, el Señor, nacido de una Virgen pura y sin mancha". Simeón vivió unos 300 años, esperando esta promesa. Cuando por fin tuvo al niño Jesús en sus brazos, recuperó la visión y el Espíritu Santo le reveló: "Este es el niño que estabas esperando".

El resto de la historia de Simeón la conocemos por las Escrituras. Simeón era uno de los ancianos del templo cuando José y María presentaron a Jesús según las prescripciones de la ley. Cuando Simeón vio a Jesús, lo bendijo y exclamó el Nunc Dimitis (Ahora despide) que cantamos en completas cada día:

"Ahora, Maestro, puedes dejar que tu siervo se vaya en paz, conforme a tu palabra, porque mis ojos han visto tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para revelación de los gentiles y gloria de tu pueblo Israel" (Lucas 2, 29-32). 

Siento una profunda conexión con Simeón. Como él, he luchado con frases complicadas. Recuerdo una traducción particularmente difícil al principio de mi tiempo con Global Sisters Report, durante una entrevista a la Hna. Ianire Angulo, una teóloga española. Estaba siendo entrevistada sobre el abuso de conciencia en la vida consagrada, un tema muy delicado y complejo.

Las respuestas de la Hna. Ianire eran eruditas y estaban profundamente arraigadas en la investigación; sin embargo, me costó. ¿Cómo podía hacer justicia a su investigación y garantizar al mismo tiempo la claridad? La enormidad del tema hacía difícil captar su profundidad tanto en español como en inglés. Dudé si estaba siendo fiel al mensaje.

Cántico de alabanza de Simeón, lienzo de Aert de Gelder. (Foto: Artvee)

Cántico de alabanza de Simeón, lienzo de Aert de Gelder. (Foto: Artvee)

Mi ministerio en Global Sisters Report exige precisión y humildad. Una sola palabra fuera de lugar puede distorsionar el significado u oscurecer la belleza del mensaje que se me ha confiado. Con cada columna, recuerdo que las palabras no son mías; yo soy simplemente el canal por el que pasan. Aunque no siempre puedo ver el impacto, confío en que estas palabras tocarán los corazones de los demás de la misma manera que tocan el mío.

Mi ministerio se desarrolla sobre todo entre bastidores, pero me está ayudando a crecer en empatía al adentrarme en las experiencias de otras personas. Poco a poco estoy aprendiendo a escuchar, no solo las palabras, sino el significado que hay detrás de ellas. Y esto me ha hecho más consciente de lo poderosas que pueden ser.

El papel de Simeón en la historia de la salvación también puede parecer menor: su trabajo como traductor y anciano del templo le hizo pasar desapercibido. Sin embargo, su labor llevó la palabra de Dios a quienes no sabían leer hebreo, abriendo las Escrituras al mundo de habla griega y permitiendo que innumerables personas se encontraran con las promesas de Dios.

Como anciano en el templo, Simeón fue descrito como un "hombre justo y piadoso" que esperó pacientemente la promesa de Dios. Cuando llegó el momento, su respuesta fue sencilla pero profunda: "Luz para revelación de los gentiles y gloria de tu pueblo Israel". Con esas palabras, proclamó que la salvación es para todos, una verdad que reconoció porque el Niño Jesús convirtió sus dudas en certeza.

"Las palabras de Simeón fueron un reconocimiento de que las promesas de Dios son dignas de confianza, incluso cuando parecen incomprensibles": Hna. Helga Leija

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La labor de Simeón en la Septuaginta no fue un mero ejercicio académico; fue un puente para que otros se encontraran con la Palabra de Dios. Del mismo modo, mi trabajo me permite compartir historias de fe, lucha y esperanza. Cada historia es un testimonio de la jornada de alguien, y mi papel es garantizar que su verdad brille.

Al celebrar la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el 2 de febrero, recordemos que las mujeres consagradas estamos llamadas a custodiar y compartir las historias de fe, pérdida, esperanza y transformación de las personas a las que servimos. Y estamos invitadas a ser testigos, como Simeón, quien reconoció y proclamó el cumplimiento de la promesa de Dios en Jesús.

Cuando Simeón proclamó: "Mis ojos han visto tu salvación", no fue un simple "¡oh, sí, lo vi!", sino un testimonio para un mundo  necesitado de ella. Las palabras de Simeón fueron un reconocimiento de que las promesas de Dios son dignas de confianza, incluso cuando parecen incomprensibles. 

Creo que habrá muchas ocasiones en las que no entenderemos a la perfección. Sin embargo, es importante decir lo que pensamos cuando vemos a Dios obrando y proclamar lo que sabemos que es verdad. Es esencial recordar que, a través de nuestros apostolados, somos un puente que permite a otros encontrarse con Dios.

Que nuestras vidas y nuestras palabras, como las de Simeón, sean una luz de revelación y un testimonio del amor y la fidelidad de Dios.

¡Feliz Día Mundial de la Vida Consagrada, queridas hermanas!

Nota: Puede leer este blog en inglés siguiendo el enlace