(Ilustración: GSR/Olivia Bardo)
Nota de la editora: La serie Vida Religiosa en Evolución explora cómo las hermanas católicas se están adaptando a las realidades de las congregaciones en transición y a las nuevas formas de vida religiosa. Aunque escribimos a menudo sobre estas tendencias, esta serie en particular se enfoca con más detalle en las esperanzas de las hermanas para el futuro.
Sería fácil para las Hermanas de Notre Dame de Omaha, Nebraska*, sentirse deprimidas: su colegio se cerró en la década de 1970*, su atención se ha desplazado en gran medida del ministerio exterior a la oración y solo cuentan con 27 miembros.
Pero mientras la Iglesia católica celebra el Adviento, un tiempo de espera esperanzada, recordamos que los tiempos eran oscuros en Israel justo antes del nacimiento de Cristo. El pueblo judío estaba bajo la ocupación romana y sus líderes no tenían más remedio que colaborar con el Gobierno romano. El Mesías, al parecer, no aparecía por ninguna parte.
Sin embargo, los creyentes tenían esperanza, la misma esperanza que las Hermanas de Notre Dame.
"Nos sentimos muy bendecidas. No nos sentimos defraudadas por Dios en modo alguno, y esa es la fuente de nuestra esperanza", afirma la hermana Mary Ann Zimmer, miembro del equipo directivo de la congregación. "No se trata sólo de números, sino de vida. Y hay tanta vida entre nosotras", agrega.
La Hna. Rita Ostry, la hermana provincial, dijo que un aspecto de tener esperanza es recordar lo que realmente importa.
"A veces, cuando las hermanas se jubilan, dicen: 'Ahora lo único que puedo hacer es rezar'" dijo Ostry, y añadió: "Yo les digo: 'Hermana, ¿se da cuenta de que eso es lo más importante que se puede hacer?'".
Ostry camina cada mañana y reza por el mundo mientras lo hace.
"Esa es la llamada de hoy: ser una presencia esperanzadora", afirma. "Hay tantas divisiones, tanto malestar y tanta ansiedad a nuestro alrededor. Mi único objetivo es levantarme cada mañana con el corazón lleno de esperanza y llevar una presencia positiva a lo largo del día", apunta.
Con el sol poniéndose más temprano y el mundo lleno de conflictos, puede ser fácil olvidar lo que tenemos por delante.
Las Hermanas de Notre Dame de Omaha, Nebraska, Estados Unidos, rezan por la Hna. Theresa Maly (tercera por la izquierda) en la ceremonia de su manto de oración, que se celebra cuando una hermana pasa a un centro asistencial. Se le entrega un chal que simboliza el amor y las oraciones de la comunidad por ella. (Foto: cortesía Hermanas de Notre Dame de Omaha)
"El Adviento es el tiempo en que recordamos que 'el pueblo que camina en tinieblas verá una gran luz'", dijo Ostry. "Hay una gran luz que brilla para nosotras cada día", señaló.
La hermana Mary McCormick, miembro del equipo directivo de las Hermanas de la Caridad de Nueva York, dijo que cuando pierde la esperanza, busca inspiración en los fundadores de la orden. En abril, la orden anunció que, después de más de 150 años, la comunidad está a punto de concluir. Aunque hoy hay 139 hermanas, no ha habido una nueva vocación en dos décadas, y el anuncio se basó en la decisión de no aceptar ninguna nueva en caso de que aparecieran.
McCormick señaló que mientras nosotras podemos mirar a la historia en busca de esperanza, las primeras hermanas no podían hacerlo.
"Comenzaban esta nueva aventura, una nueva congregación religiosa en esta nueva república que no era un lugar católico ni amistoso con los católicos, muchas veces", dijo y añadió: "No tenían historia a la que recurrir. Nosotras podemos mirar atrás, pero ellas tuvieron que vivir con la esperanza de que, si ese era el deseo de Dios, Él les abriría el camino. Y nosotras somos herederas de esa promesa".
La presidenta de la congregación, la Hna. Donna Dodge, dijo que le da mucha esperanza mirar la luz que las hermanas han traído a innumerables vidas.
"Esa imagen significa más para mí ahora que nunca: la luz en la oscuridad", dijo. "Miro a la gente que trabaja en los ministerios que hemos puesto en marcha. Hay mucho bien haciéndose en nombre de Dios y nada va a detenerlo, nadie va a detenerlo. Cuando visitamos algunos de nuestros ministerios, es abrumadora la dedicación, la experiencia, el amor y la pasión, el respeto por la dignidad de cada persona que pasa por nuestros ministerios. Eso me da esperanza", apuntó.
La Hna. Donna Dodge, presidenta de las Hermanas de la Caridad de Nueva York, lee la recomendación del consejo ejecutivo sobre el "camino a seguir" de la congregación en su asamblea general de 2023. Las delegadas a la asamblea votaron unánimemente, el 13 de abril de 2023, dejar de reclutar o aceptar nuevos miembros y comenzar un "camino hacia la culminación" mientras continúan viviendo su misión al máximo. (Foto: OSV News/cortesía Hermanas de la Caridad de Nueva York)
McCormick dijo que debido a que de muchas maneras la vida religiosa se ha abierto a los laicos a través del trabajo o voluntariado en los ministerios de las hermanas o incluso convirtiéndose en asociados, la luz que las hermanas atestiguan se ha extendido de innumerables maneras.
"El número de hombres y mujeres laicos que van a la escuela y toman cursos de teología y ministerio pastoral y ese tipo de cosas, esto habría sido inaudito" no hace mucho tiempo, dijo y agregó: "Tanta gente joven está tendiendo la mano, deseando servir y haciendo cosas increíbles; se están preparando para ocupar el lugar que les corresponde en la Iglesia".
La Hna. Debbie Borneman, directora de integración de misiones de la Conferencia Nacional de Vocaciones Religiosas, dijo que a veces la gente se pregunta cómo mantiene la esperanza cuando el número de vocaciones ha disminuido tan drásticamente. Pero la vida religiosa no se trata de números, afirmó, sino de necesidades.
"Para algunas comunidades, terminar es la decisión correcta; después de todo, se llama ‘vida’ religiosa, y no queremos que mujeres y hombres entren en comunidades sin vida", dijo Borneman, miembro de las Hermanas de los Santos Cirilo y Metodio. "Tenemos que redimensionar nuestras propiedades y simplificar nuestras pertenencias. Pero a veces nos preocupamos tanto por planificar el futuro emergente que podemos olvidar las necesidades urgentes de nuestro mundo", explicó.
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Borneman dijo que un amigo le señala con frecuencia que Jesús no se preocupó por la logística cuando alimentó a las multitudes; simplemente las alimentó.
"Cuando hubo una pandemia mundial, no teníamos un plan estratégico, pero fíjense en la forma en que las hermanas respondieron a las necesidades. Cuando hubo escasez de mascarillas, sacaron material de los armarios y las fabricaron. Las hermanas saben cómo responder a las necesidades. ¿Cuál es la mayor necesidad y cómo podemos ayudar?", dijo.
Borneman señala que Jesús no formaba parte de la jerarquía religiosa de la época, y nunca construyó iglesias ni instituciones.
"La vida religiosa siempre ha estado cambiando y siempre se ha transformado. Hoy no somos quienes éramos cuando fuimos fundadas", dijo.
Borneman dijo que muchos de los cambios que se lamentan hoy en realidad ocurrieron hace décadas, y sin embargo la vida religiosa es tan vibrante como siempre.
"Algunos de estos cambios de los que hablamos no son monumentales, ni siquiera el discernimiento vocacional. Durante 40 años [las congregaciones] han estado haciendo discernimiento juntas, y durante mucho tiempo hemos estado haciendo formación juntas. Ese día en que entró una mujer de la escuela en la que enseñaban las hermanas no ha ocurrido en los últimos 40 años. Eso es lo que me da esperanza: mirar de cuántas maneras podemos cultivar lo que es posible en vez de preocuparnos por lo que se acaba", apuntó.
El cambio es una de las pocas constantes de la vida, aseveró, y eso debería darnos esperanza. Nuestra llamada puede cambiar, y nuestra forma de responder a las necesidades de los tiempos debe cambiar.
"Dios no llama una sola vez, llama a lo largo de toda nuestra vida", dijo Borneman. "Estamos llamadas a ser un signo de esperanza", puntualizó.
Nota 1: *Esta historia y el pie de foto se han actualizado con el nombre correcto de la congregación de las Hermanas de Notre Dame de Omaha, Nebraska, y se ha corregido la fecha de cierre de su escuela.
Nota 2: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 16 de diciembre de 2024.