ENTREVISTA | La Hna. Maritza Rolón escucha desde las cárceles el clamor del pueblo ecuatoriano

Un grupo de mujeres participa en la Escuela de Reconciliación que la Hna. Maritza Morón Cevallos desarrolla en el Centro Regional #1 (cárcel de mujeres) en Portoviejo. (Foto: cortesía Hna. Maritza Rolón)

Un grupo de mujeres participa en la Escuela de Reconciliación que la Hna. Maritza Morón Cevallos desarrolla en el Centro Regional #1 (cárcel de mujeres) en Portoviejo. (Foto: cortesía Hna. Maritza Rolón)

por Ángel Alberto Morillo

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Duele Ecuador. El llamado centro del mundo está bajo los focos de la prensa internacional a causa de la violencia de mafias ligadas al narcotráfico. Una veintena de grupos criminales han declarado la guerra al Estado, mientras que Daniel Noboa, presidente de la república, vía decreto 111 anunció un estado de excepción y luego un "conflicto armado interno" para frenar la escalada terrorista de atentados, motines carcelarios, saqueos y extorsiones.

"Es una metástasis social", asegura a Global Sisters Report la hermana Maritza de Jesús Rolón Cevallos, de la Comunidad Cristo Misionero Orante, quien es un referente de la pastoral penitenciaria de Manabí, provincia costera al occidente del país, una de las más golpeadas por la violencia y la pobreza. 

Además de su profesión religiosa, Rolón Cevallos cuenta con una licenciatura en Psicología Clínica de la Pontificia Universidad Católica de Quito y un diplomado de Doctrina Social de la Iglesia. Desde sus tiempos de estudiante y novicia "se consagró" a ese Cristo de las cárceles y ahora, con más de 28 años de vida religiosa, conoce de cerca los clamores de quienes "están privados de libertad, pero no de su dignidad". 

La Hna. Rolón Cevallos relata que su vocación comenzó desde muy pequeña y que su tía materna Olga y las religiosas del colegio La Inmaculada, de las Hermanas de la Providencia de Quito, propiciaron ese llamado; pero fue en la cárcel del Inca, al norte de la capital, cuando experimentó la misericordia y cercanía por estos descartados de la sociedad, durante su pasantía de Psicología Clínica. "En el pabellón de mujeres debía ser mediadora entre las privadas de libertad; ante cualquier altercado, me tocaba resolver problemas de convivencia", explica.

“Esperemos no tocar los extremos ni [que se desate] violencia desbordada ni [que se instaure] un Estado que viole derechos humanos, como está ocurriendo en El Salvador”: Hna. Maritza Rolón y la crisis en Ecuador

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Gracias a esta experiencia, la religiosa ha logrado consolidar una trayectoria que la ha llevado, desde enero de 2024, a ser nombrada coordinadora de la pastoral carcelaria de la arquidiócesis de Portoviejo. "Monseñor Eduardo Castillo Pino me ha pedido asumir este año la dirección de la pastoral de las cuatro cárceles en Manabí", afirmó Rolón Cevallos, una responsabilidad que comparte con su catequesis en la Renovación Carismática Católica, en sintonía con el carisma de su congregación: "Misionamos y oramos".

Las causas de la actual crisis ecuatoriana son variadas, pero una de las de mayor impacto es "la inestabilidad política" de las naciones [latinoamericanas] que presentan sistemas democráticos endebles, redes de corrupción y clientelismo, argumentó Rolón Cevallos. "En Ecuador cambiamos presidentes como cambiamos camisetas; no hay conciencia sobre la elección de un político ni los políticos tienen propuestas claras; [por lo que] hay mucha inestabilidad que permite a estas agrupaciones crearse espacios", expuso, a modo de ejemplo.

La Hna. Maritza Rolón Cevallos pertenece a la Comunidad Cristo Misionero Orante, que mantiene dos sedes: una en Quito y otra en Portoviejo. (Foto: cortesía Hna. Maritza Rolón) 

La Hna. Maritza Rolón Cevallos pertenece a la Comunidad Cristo Misionero Orante, que mantiene dos sedes: una en Quito y otra en Portoviejo. (Foto: cortesía Hna. Maritza Rolón) 

Global Sisters Report: Con 28 años de consagrada, mirando en retrospectiva ¿qué es lo más difícil de este camino?

Rolón: Lo más difícil: mi lucha personal, mis saltos de fe, de abandono absoluto, donde el Señor me ha ido mostrando su 'divina voluntad'; por eso estoy profundamente agradecida, aunque nada es difícil junto a Él.

Ha estado vinculada con la pastoral penitenciaria a lo largo de su misión, ¿qué ha aprendido de los privados de libertad?

He aprendido a mirar con otros ojos, a descubrir su dolor y hacerlo signo de esperanza del Jesús encarcelado. Hay períodos muy difíciles en donde la tristeza parece ganar, pero sus familias, sus hijos y sus luchas me recuerdan que he aprendido a escuchar con los ojos del corazón. Me han comunicado su fe, su amor a Dios. En definitiva, he aprendido a amar.

¿Y su comunidad cómo ha acogido este trabajo que desarrolla en los centros penitenciarios?

Como comunidad tenemos muy claro que estamos para los olvidados y más necesitados, por lo que no hay problema [con eso]. De hecho, he llevado a mis hermanas para que puedan experimentar la presencia de Dios y puedan dar catequesis.

"En Ecuador (…) no hay conciencia sobre la elección de un político ni los políticos tienen propuestas claras; hay mucha inestabilidad que permite a estas agrupaciones [delictivas] crearse espacios": Hna. Maritza Rolón

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  • Acto final del curso de panadería y pastelería en el Centro Regional #1 (cárcel de mujeres) de Portoviejo. La Hna. Maritza Rolón posa en el extremo derecho de la imagen, junto con 15 participantes y una hermana de su comunidad, laica consagrada, quien apoyó en la formación. (Foto: cortesía Hna. Maritza Rolón)

    Acto final del curso de panadería y pastelería en el Centro Regional #1 (cárcel de mujeres) de Portoviejo. La Hna. Maritza Rolón posa en el extremo derecho de la imagen, junto con 15 participantes y una hermana de su comunidad, laica consagrada, quien apoyó en la formación. (Foto: cortesía Hna. Maritza Rolón)
     

  • La Hna. Maritza Rolón Cevallos asegura que la Escuela de Reconciliación ha sido un proyecto que manejan "con parámetros de calidad" mediante talleres y acompañamiento; por eso, ha recibido apoyo del SNAI (Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores). (Foto: cortesía Hna. Maritza Rolón)

    La Hna. Maritza Rolón Cevallos asegura que la Escuela de Reconciliación ha sido un proyecto que manejan "con parámetros de calidad" mediante talleres y acompañamiento; por eso, ha recibido apoyo del SNAI (Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores). (Foto: cortesía Hna. Maritza Rolón)

  • Celebración de la Eucaristía de Navidad, el 23 de diciembre de 2023, con privadas de libertad en el Centro Regional #1 (cárcel de mujeres) en Portoviejo. (Foto: cortesía Hna. Maritza Rolón)

    Celebración de la Eucaristía de Navidad, el 23 de diciembre de 2023, con privadas de libertad en el Centro Regional #1 (cárcel de mujeres) en Portoviejo. (Foto: cortesía Hna. Maritza Rolón)
     

¿Cómo sortear el problema de la estigmatización, sobre todo de quienes piensan que los privados de libertad están allí porque 'se lo merecen'?

Estas frases estigmatizantes son tan dolorosas. Nosotros como Iglesia hablamos de restaurar al hermano para ponerlo en el centro, reconociendo sus derechos y dignidad. Son historias de vida dolorosas y les toca lidiar con la agresión. La clave de todo está en la justicia restaurativa. He trabajado con la Fundación para la Reconciliación, que aborda mucho este tema. La justicia restaurativa incluye tanto a la víctima como al victimario, sacándolos de esos roles y etiquetas de la víctima eterna o el victimario eterno. Creo que una manera de sortear estos estigmas es superando la visión de una justicia punitiva, que promueve violencia con más violencia. En la restauración de relaciones importa más el proceso que la ofensa misma. En términos eclesiales rechazamos el pecado, pero no al pecador. 

Inicia como coordinadora de la pastoral carcelaria de Manabí, ¿cómo asume esta responsabilidad, más en una de las zonas donde se siente con fuerza el conflicto interno?

Me siento agradecida. Espero poder servir a Dios a través de mis hermanos privados de libertad con mucho amor y con la convicción de su dignidad de ser hijos de Dios. Tengo un equipo muy bonito de agentes de la pastoral, incluido un sacerdote que nos acompaña.  Seguiremos con talleres y con acompañamiento. No lo dudo; ahí está Cristo, el Cristo preso.

“He aprendido a mirar con otros ojos, a descubrir su dolor y hacerlo signo de esperanza del Jesús encarcelado. (…) Me han comunicado su fe”: Hna. Maritza Rolón sobre su aprendizaje con privadas de libertad en Ecuador

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La ‘chamita’ es una privada de libertad venezolana que ha participado en la Escuela de Reconciliación. Ecuador es el tercer país de América Latina en recibir población de este país hermano.  (Foto: cortesía Hna. Maritza Rolón)

La ‘chamita’ es una privada de libertad venezolana que ha participado en la Escuela de Reconciliación. Ecuador es el tercer país de América Latina en recibir población de este país hermano.  (Foto: cortesía Hna. Maritza Rolón)
 

Desde su mirada de psicóloga social, ¿cuál cree que es la raíz de la crisis que hoy vive Ecuador?

El crimen organizado es un reto regional, lamentablemente en Latinoamérica las agrupaciones delictivas han logrado una zona de influencia; hasta se han 'profesionalizado' en alianza con mafias colombianas y mexicanas. Es una situación muy compleja, que desencadena en otros problemas como minería legal, el tráfico y trata de personas, el lavado de dinero, el contrabando. Ecuador se ha convertido en un corredor de cocaína hacia Europa y EE. UU. En Ecuador, mi Ecuador del alma, nuestra fiscal le dio un nombre muy acertado, 'la metástasis', y es justamente eso. Van penetrando estas redes en la política, en el control territorial y luego deriva el terrorismo. Entre amenazas y extorsiones hemos llegado hasta este punto. Esperemos no tocar los extremos ni [que se desate] violencia desbordada ni [que se instaure] un Estado que viole derechos humanos, como está ocurriendo en El Salvador.

¿Qué tanto ha afectado la crisis carcelaria a la  pastoral penitenciaria de Ecuador?

Nos ha afectado tanto en Manabí como en Guayaquil, Latacunga, Cuenca, Turín. Hemos detenido procesos, esto implica un retraso de dos a tres años. Es como dar un paso adelante y dos atrás. Con el cambio de directores en los centros penitenciarios, nos niegan el acceso; toca renegociar para que nos conozcan y confíen en nuestro trabajo.  

Toda la Iglesia de Ecuador apuesta por los caminos de paz, ¿qué tan lejano ve este anhelo? 

No podría asegurar qué tan rápido o lento sea este proceso. Dependerá de cómo lo gestionen las autoridades y la ciudadanía, que tienen mucha responsabilidad en esta búsqueda de paz. Con relación al diálogo entre estas organizaciones y el Gobierno,  [esto] es complejo. Ambas partes no están dispuestas a ceder; cada uno busca imponer una agenda. Entonces la situación nos llevaría a un stand-by. Aunque, repito, durante estos días he podido ver que ha habido una respuesta muy positiva de los ciudadanos, quienes han dejado el miedo y estamos intentando que desde la Iglesia y desde el común de las personas se continúe apostando para salir de la crisis en la que nos encontramos. 

¿Qué puede proponer la Iglesia para encontrar la paz?

La Iglesia ha propuesto canalizar [diálogos y] ser árbitro entre uno y otro grupo. De hecho, se ha logrado la salida de algunos rehenes, sobre todo en Esmeraldas, con la intervención del obispo. Desde la pastoral carcelaria yo debo decir algo: todavía no tenemos esa fuerza, aunque tengamos presencia. Requerimos del apoyo total de nuestros obispos. [Necesitamos] poder tratar de oír los dos lados. Tenemos la ventaja de que los privados de libertad, administrativos y policías nos conocen. Allí seríamos mediadores naturales.

Usted afirma que no basta con ser buenos, sino aspirar a la santidad, ¿cómo encontrar esta santidad en las cárceles?

Al ser hijos de Dios, al recibir ese bautismo, nosotros somos templo de este Espíritu Santo y eso nos permite creer que Dios puede, porque su poder es grande. Conozco hermanos privados de la libertad que han alcanzado una madurez espiritual. Ellos viven su cruz y cuando usted tiene la oportunidad de develar esa parte frágil puede encontrar a Jesucristo preso. Creo que más allá de la santidad, está en irlos transformando en 'Jesuses'.