La hermana de Loreto Patricia Murray, secretaria ejecutiva de la Unión Internacional de Superioras Generales, espera fuera del Aula Pablo VI en el Vaticano antes del comienzo del Sínodo el 4 de octubre. Murray dijo que la escucha enfatizada en el Sínodo cambia "el sentimiento de que la verdad reside en la cima de la jerarquía" en cualquier estructura eclesiástica. (Foto: GSR/ Rhina Guidos)
Escuchar es una palabra clave en el Sínodo, pero también es una forma de "cambiar la sensación de que la verdad reside en la cima de la jerarquía" en cualquier estructura eclesiástica, dijo la hermana Patricia Murray, justo antes del comienzo de la primera sesión del Sínodo de los Obispos el 4 de octubre.
Murray, líder del grupo central con sede en Roma que representa a las hermanas católicas de todo el mundo y una de las cerca de 40 hermanas que participan en el Sínodo, dijo: "Estamos diciendo que la verdad reside en el cuerpo [de la Iglesia]. Escuchamos al cuerpo".
"Ahora, quienes tienen responsabilidad en la Iglesia y en las congregaciones religiosas, tras haber escuchado, están mejor informados para tomar una decisión en el Espíritu Santo", dijo Murray, secretaria ejecutiva de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) a Global Sisters Report.
No cuenten con que el mes de escucha del Sínodo sea un acontecimiento aislado o que se quede en Roma, dijo Murray, y añadió que el proceso puede convertirse en "una nueva forma de vida, una nueva forma de dirigir" la Iglesia y sus organizaciones.
"Cuando debatimos o examinamos cuestiones importantes, a menudo entramos directamente en materia, sin escucharnos unos a otros, sin escuchar la palabra de Dios", dijo Murray, miembro del Instituto de la Bienaventurada Virgen María, también conocido como las Hermanas de Loreto. "Sin embargo, esta es una forma de profundizar un poco más, mucho más, como comunidad cristiana reunida, y de escuchar lo que se mueve en el corazón de la gente", acotó.
La UISG ya ha puesto en marcha un proceso que trata de inculcar esa "nueva manera" de seguir entre las comunidades religiosas a las que la organización sirve a nivel mundial, dijo, con sesiones introductorias en varios idiomas a través de Zoom realizadas antes del Sínodo y que continuarán durante los próximos tres años.
"¿Cómo será? Se parecerá a la formación, la comprensión de lo que significa la sinodalidad, porque hay mucha confusión sobre el término", dijo Murray a GSR. "Es una forma de escuchar realmente en profundidad al Espíritu de Dios que nos guía, ya sea a nivel personal o de grupo", agregó.
Si el primer día del Sínodo sirve de indicación, implica algo de reflexión, un poco de música, un tiempo de quietud, oración, silencio y escucha —a uno mismo y a los demás—, también ofrece un atisbo de lo que sus miembros, como Murray, estarán experimentando este mes.
"Buscamos la guía del Espíritu Santo, así que, en cierto sentido, a menudo empezamos una reunión y rezamos pidiendo guía al Espíritu Santo. Sin embargo, esta es una forma de profundizar un poco más, mucho más, como comunidad cristiana reunida, y de escuchar lo que se mueve en el corazón de la gente", dijo a GSR.
Murray es una de los cinco miembros de la UISG que participan en el Sínodo, que incluye a la recién nombrada presidenta de la organización, la Hna. Mary Barron, de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de los Apóstoles; la Hna. Elizabeth Mary Davis, de la Misericordia; la Hna. Elysée Izerimana, de las Hermanas Obreras de la Santa Casa de Nazaret, y; la Hna. María Nirmalini, miembro de las Hermanas del Carmelo Apostólico.
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Aunque la escucha y la oración ya son habituales en las comunidades religiosas, el proceso del Sínodo ofrece un estilo ligeramente diferente, similar al proceso de discernimiento planteado por san Ignacio de Loyola, dijo Murray.
"Hay otras espiritualidades que tienen otras maneras de discernir, pero una manera es nombrar ¿qué se mueve dentro de ti?, ¿dónde sientes que Dios te llama?, ¿a dónde me llama el Espíritu personalmente en este momento? [Y además] compartimos alrededor del círculo", dijo.
Luego, en la segunda ronda, decimos: "¿Qué he oído decir a mis hermanos y hermanas que realmente me haya impactado, conmovido o emocionado? Volvemos a compartirlo sin discutirlo. Es una escucha profunda. Es escuchar a Dios que habla a cada uno de nosotros, porque eso es lo que decimos; es nuestra autoridad bautismal, que Dios habla a cada persona. La tarea es escuchar".
Tras ese paso, hay una "tercera ronda", dijo.
"Se trata de una discusión mucho más fluida y abierta, pero habiendo escuchado profundamente. A menudo, en las reuniones nos ponemos a debatir, mientras que esto nos invita a escuchar más profundamente", añadió.
Y es un proceso que puede aplicarse a cualquier nivel en la Iglesia universal, dijo Murray, pero para el propósito de los miembros de la UISG, significa introducir a los líderes de las congregaciones religiosas y a quienes dirigen las provincias en un nuevo camino.
"Es aprender a estar mucho más atentos. Es una práctica, es una práctica espiritual", dijo.
Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 5 de octubre de 2023.