La Hna. Norma Pimentel, a la izquierda, y la Hna. Jane Wakahiu, de la Fundación Conrad N. Hilton, conversan al inicio de la Convención de Hermanas Católicas el 29 de noviembre en Ciudad de México. Era la primera vez que la fundación celebraba el evento en español y en América Latina para las hermanas que reciben fondos de la fundación para sus ministerios en educación, sanidad y otros de índole social. (Foto: RSG/Rhina Guidos)
Esta mujer de 38 años luchó contra sus emociones mientras intentaba contar la historia de cómo su amistad con unas hermanas católicas le ayudó a recuperar su vida. Le costó decir que había sido trabajadora sexual, pero las hermanas le dijeron que estaba entre amigas.
Ella se centró en contar la historia de un microcrédito que había conseguido, con la ayuda de un proyecto dirigido por hermanas en Ciudad de México, para abrir una pequeña tienda y emprender una forma diferente de mantener a su familia.
"Nunca imaginé ser una microempresaria", dijo a la sala casi llena de hermanas, el 29 de noviembre, donde anunció con orgullo que ahora tiene un hogar para su familia, y añadió que "la trata de seres humanos debe ser abolida, abolida".
Cerca de 40 personas, en su mayoría religiosas católicas, se reunieron del 28 al 30 de noviembre en Ciudad de México, en la Convención de Hermanas Católicas, para exponer y hablar de su trabajo con comunidades vulnerables en diversas partes de América Latina, gracias a la financiación que reciben de la Fundación Conrad N. Hilton, de origen estadounidense.
Esta es la primera vez que la fundación celebra una reunión en América Latina y en español, dijo la hermana misionera del Ángel de la Guarda sor Hortencia del Villar, responsable —oficial superior— de programas en la Iniciativa de las Hermanas Católicas auspiciados por la Fundación Hilton. (La Fundación Conrad N. Hilton es también uno de los principales financiadores de Global Sisters Report —GSR—).
#ConvenciónDeHermanasCatólicas de México sirvió para que religiosas de América Latina compartieran proyectos, y “cómo están influyendo en (…) áreas en las que la #FundaciónHilton está apoyando”: Hna. Hortencia Del Villar #GSRenespañol #HermanasCatólicas
"[La reunión fue] un encuentro de nuestras compañeras [en América Latina] para compartir su experiencia y su misión; para compartir sus proyectos y cómo están influyendo en sus comunidades en áreas en las que la Fundación Hilton está apoyando, como la lucha contra la trata de seres humanos, la capacitación de los jóvenes, la violencia contra las mujeres, y también la formación de religiosas y programas de apoyo a las hermanas que están en la tercera edad", explicó Del Villar.
Algunas participantes trajeron a la Convención de Hermanas Católicas a personas que experimentaron un cambio positivo, como la mujer de 38 años que antes había trabajado en la industria del comercio sexual, cuyo relato se mostró al inicio de este reportaje; y como David, de 21 años, quien llegó a México procedente de El Salvador a los 17, con la intención de cruzar la frontera hacia Estados Unidos; en lugar de ello, acabó en el Centro de Acogida y Formación para Mujeres y Familias Migrantes (Cafemin), dirigido por una comunidad de hermanas Josefinas en Ciudad de México.
La historia de David es muy conmovedora. Sintiéndose fracasado, tuvo pensamientos suicidas e intentó quitarse la vida. A veces las hermanas lo encontraban en un rincón del centro llorando; por todo esto, le consiguieron ayuda, y luego "le dio un empujoncito", el impulso que necesitaba, tomar clases de cocina, cuenta la josefina sor María Magdalena Silva Rentería, una de las fundadoras de Cafemin. "Ahora le encanta hacer pasteles, que comparte con otros inmigrantes en el centro", cuenta la religiosa, como lo haría una madre orgullosa.
"Son personas valiosas", asevera Silva, pero a veces se enfrentan al rechazo, al sentimiento de fracaso, y luego se topan con la delincuencia y los abusos en un camino ya de por sí difícil. "Como la de David, hay muchas historias, muchas historias", apuntó.
La Hna. Liliana Franco, izquierda, y la Hna. Lilia Guillermina Gutiérrez Aguirre se saludan al inicio de la Convención de Hermanas Católicas celebrada el 29 de noviembre en México por la Fundación Conrad H. Hilton, que por primera vez organiza el evento en español y en América Latina. Las religiosas reciben fondos de la Fundación Hilton para sus ministerios en educación, salud y obras sociales. (Foto GSR / Rhina Guidos)
La Hna. Hortencia Del Villar expresó a GSR —el 28 de noviembre— que el trabajo de las hermanas refleja su sentido de la persona humana, hecha a imagen de Dios. "Y porque cada persona está hecha a imagen de Dios, cada persona tiene un mensaje del amor de Dios para nosotros", afirmó y agregó: "Y cada persona merece un lugar digno para vivir y una oportunidad digna para continuar su camino. Y así es, como dice el papa Francisco, [se produce] una cultura del encuentro en la que tanto los que están apoyando como los que están llegando están aprendiendo unos de otros, valorándose unos a otros y siendo apoyados unos por otros".
Otras religiosas, entre ellas la Hna. Zulema González, de la Corporación Tejiendo Solidaridad, de Chile, compartió cómo cuidan a hermanas ancianas que se enfrentan a enfermedades debilitantes como el alzheimer, la demencia y otras dolencias, "después de darlo todo", y luego se encuentran solas porque sus comunidades desaparecieron.
"Algunas de ellas se ocupaban de las mujeres, de los niños", explicó González a GSR el 29 de noviembre, pero se encontraron sin lugar donde ir, sin nadie que les ayudara cuando lo necesitaban. "Así que un grupo de nosotras [de diferentes congregaciones] dijimos: 'Vamos a unirnos para ayudar a las que lo dieron todo por el reino'", acotó.
La Hna. Jane Wakahiu, miembro del Instituto de las Hermanitas de San Francisco, en Kenia, vicepresidenta asociada de operaciones de programas para la Fundación Hilton y supervisora de la Iniciativa de las Hermanas Católicas, pidió a las hermanas reunidas que se conocieran entre sí y se informaran sobre el trabajo de cada una de sus congregaciones, para ver cómo podían trabajar juntas para crear un cambio, incidir en la comunidad y acompañar a las personas vulnerables, sin duplicar esfuerzos.
"Vosotros sois las expertas", les dijo.
Un grupo de hermanas católicas hablan sobre sus ministerios el 29 de noviembre al comienzo de la Convención de Hermanas Católicas en Ciudad de México. La reunión marcó la primera vez que la Fundación Conrad N. Hilton ha celebrado el evento en español y en América Latina para las hermanas que reciben fondos para sus ministerios en la educación, la salud y otros de índole social. (Foto: GSR / Rhina Guidos)
Por otra parte, la Hna. Hortencia del Villar manifestó que la fundación también quería que las hermanas comprendieran la estrategia de la organización. "¿Cuál es nuestra visión, cuál es nuestro objetivo? ¿Por qué nos unimos y codiseñamos juntas nuestros proyectos?", indicó.
Igualmente, la fundación también quiere destacar su trabajo. "Queremos promover el liderazgo de las mujeres religiosas, elevar su voz, elevar el excelente trabajo que están haciendo en sus ministerios, y en México, especialmente, sus ministerios en torno al apoyo a las familias que son migrantes", dijo Del Villar.
La reunión acogió un panel —el 28 de noviembre— en el que las hermanas hablaron de sus respuestas a la inmigración, y tuvieron un debate sobre el vínculo entre la migración y la trata de personas, el impacto de la pandemia en la creación de más víctimas, así como el tratamiento o las amenazas que las hermanas han recibido debido a su trabajo en ese ámbito. Pero también hablaron de los estragos que estas cuestiones causan en muchas religiosas.
"Hay muchas hermanas que se queman", afirma la Hna María Magdalena Silva Silva, de Cafemin.
En el mismo orden de ideas, la religiosa javeriana María Teresa Santillán Rodríguez, de la Red Rahamim, una organización mexicana de religiosas contra la trata de seres humanos, afirma que el trabajo es duro, pero hay algo que las sostiene y anima. "Seguimos a Jesús", dijo y añadió:. "Él nunca se cruzaría de brazos".
Unidas en esa pasión, las hermanas han sido motores del bien, pero a medida que disminuye su número y hay menos vocaciones, "el valor de las redes es importante", indicó Del Villar.
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"Hay más apertura a estar conectadas, al trabajo conjunto, al reconocimiento de que ya no podemos trabajar en silos, tal vez como solíamos hacer cuando teníamos 300 o 400 hermanas [en una comunidad]", dijo. "Teníamos nuestros propios hospitales, nuestras propias instituciones educativas. Todo era una congregación. Ahora hay diferentes congregaciones trabajando en un ministerio para potenciar ese ministerio", agregó.
Las religiosas trabajan, cada vez más, con miembros laicos. Algunos participaron en la convención de Ciudad de México.
"Tenemos unas cinco mujeres laicas que son las directoras o gestoras de los proyectos que dirigen las hermanas, y trabajan codo con codo con ellas, y están haciendo un gran trabajo", indicó Del Villar. "Escuché de las hermanas y también de sus socias, que es una colaboración enriquecedora donde sus dones, todos los dones, están siendo apreciados, y todos los dones son importantes en la creación de capacidad para el proyecto", precisó.
Fue emocionante acoger a las hermanas "en su lengua, en su cultura", dijo Del Villar, y el encuentro se tradujo en la realización de un sueño: aprender de ellas en su entorno. "Están muy inspiradas solo con estar aquí, solo con que las escuchemos. Y aunque algunas de ellas no entienden el español, [sí] entienden el lenguaje del amor, del encuentro y de la hospitalidad", dijo.
Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 4 de diciembre de 2023.