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Las Hermanas Misioneras de María Inmaculada gestionan 11 colegios y 3 orfanatos que brindan formación integral a niños y jóvenes pobres en Guinea Ecuatorial. (Foto: cortesía Hermanas Misioneras de María Inmaculada)
La Hna. Magdalena Angona Edun comenta los desafíos de la misión educativa de las Hermanas Misioneras de María Inmaculada en Guinea Ecuatorial, el único país de habla hispana en África —independizado de España en 1968—. Con 115 años de historia, la congregación gestiona 11 colegios y 3 orfanatos que brindan formación integral a niños y jóvenes en todo el país.
En entrevista para Global Sisters Report en español, Angona Edun manifiesta que su congregación mantiene en sus colegios la educación integral —donde no solo se enseña lectura y escritura, sino también valores, costura, y autonomía personal— para niños huérfanos y jóvenes pobres, en medio de un contexto marcado por la delincuencia juvenil y la pérdida de valores.
"La delincuencia juvenil nos perjudica. Tenemos colegios donde los niños están afectados directamente por la delincuencia. Los niños pelean en las escuelas con cuchillos, eso afecta a la sociedad y a la congregación", relata.
Sobre las vocaciones, Angona Edun reconoce que la disminución del catolicismo, ante el avance de nuevos credos y la influencia de las redes sociales, ha impactado el llamado a la vida religiosa, pese a la rica historia de la congregación. "La chica que podría ingresar a la congregación no lo hace por la confusión que encuentra en la sociedad. La vida religiosa está siendo afectada por la modernidad y la vida de afuera, el placer", explica.
Sin embargo, la religiosa también subraya que en medio de la adversidad, "una lucecita siempre aparece". Actualmente, las Misioneras de María Inmaculada cuentan con 65 hermanas trabajando en Guinea Ecuatorial, además de 5 postulantes, 7 novicias y 25 aspirantes.
"Después de salir de los colegios, las personas vuelven por consejo. Las mismas hermanas de la congregación y la mayoría de las autoridades del país [Guinea Ecuatorial] son fruto de nuestro trabajo misionero": Hna. Magdalena Angona
GSR en español: ¿Qué tan profunda es la presencia del catolicismo en Guinea Ecuatorial?
Angona Edun: En la época colonial y en los primeros once años de la independencia fue profundo el catolicismo en el país, porque prácticamente era la religión mayoritaria calculada en un 99 % de creyentes católicos*, ahora con la aparición de las sectas y otras confesiones religiosas ha bajado a un 80 %.
La llegada de nuevos credos implica que disminuyan las mujeres que aspiran a la vida religiosa. La disminución del catolicismo ha provocado que se desmorone la posibilidad de ingresar a la vida religiosa.
La chica que podría ingresar a la congregación no lo hace por la confusión que encuentra en la sociedad. La vida religiosa está siendo afectada por la modernidad y la vida de afuera, el placer. Todo esto afecta en la decisión de ingresar con nosotras.
Sin embargo, una lucecita siempre aparece. Ahora mismo tenemos 65 religiosas trabajando en el país, 5 postulantes, 7 novicias y 25 aspirantes.
¿Cuál o cuáles son sus apostolados y en qué partes del país trabajan?
Realizamos el apostolado en la educación y formación de jóvenes, internados y colegios, en el cuidado de huérfanos y pobres no huérfanos. También, y fundamentalmente, en las catequesis de iniciación cristiana y en la pastoral juvenil de grupos.
La instrucción consiste en educar a nivel integral. Enseñamos costura, trabajo manual, higiene y salud. En los colegios no tenemos 'mozas', existen cuidadoras que están al pendiente de los niños. Se enseña al niño a ser autónomo. También se les instruye en la catequesis y educación en la fe.
Las mujeres que egresan salen al mercado laboral, aunque el contacto con ellas es permanente. Ellas sienten que somos sus madres, regresan para consulta y/o consejo. Si tienen que tomar una decisión, se acercan.
Además, trabajamos en Nigeria y Camerún. Contamos con hermanas de otras nacionalidades, como nigerianas, camerunesas y congoleñas. Hemos pasado por muchas etapas a lo largo de nuestra historia: de ser auxiliares de las misioneras concepcionistas a trabajar en todo el país y en otras partes de África. En Nigeria, por ejemplo, tenemos dos comunidades con colegios y orfanatos.
¿Cuáles son los retos que enfrenta su congregación en Guinea Ecuatorial?
Los retos con los que nos enfrentamos son muchos, pero los más acentuados son la falta de vocación para asumir cualquier responsabilidad social, la delincuencia juvenil y la pérdida de valores en la sociedad (éticos, morales, religiosos, sociales).
La delincuencia juvenil, por ejemplo, nos perjudica. Tenemos colegios donde los niños están afectados directamente por la delincuencia. Aquí surgió el fenómeno de la banda de los ocho machetes, donde los adolescentes agreden a la gente para robar sus pertenencias. Los niños pelean en las escuelas con cuchillos, eso afecta a la sociedad y a la congregación.
Sin embargo, los niños que asisten a nuestros centros tienen valores éticos muy altos. Por otro lado, las redes sociales influyen mucho en su pensamiento. Creen que todo lo que ven es bueno y no escuchan a las personas mayores. No les interesa escuchar consejos de un mayor.
Todo esto nos afecta porque tenemos contacto diario con los niños y las familias. Las niñas, por ejemplo, están teniendo hijos a temprana edad. Se pierde el vínculo entre el colegio, la familia y los hijos. Una niña, madre de un hijo, ¿qué puede aportar si ella misma es niña?
Materialmente tenemos buena infraestructura. Hemos luchado para tener esas condiciones. Atender a niños huérfanos es difícil, necesitamos más, claro. Creo que ahora es más urgente el tema de la falta de vocación.
Cuéntenos, por favor, cómo trabajan los colegios donde atienden a niños huérfanos.
Trabajamos como almas que han heredado el espíritu del cuidado de los huérfanos de la fundadora madre Imelda Makole, amante de los huérfanos y desvalidos. Dedicamos mucho amor y entrega a los colegios donde atendemos a niños desde cero años, como si lo hiciera la misma fundadora.
Junto a los escasos recursos económicos de que dispone la institución, el Gobierno de la nación aporta una subvención económica mínima que facilita el reclutamiento de personal de servicio y apoyo a estos orfanatos.
"La llegada de nuevos credos [a Guinea Ecuatorial] implica que disminuyan las mujeres que aspiran a la vida religiosa. La vida religiosa está siendo afectada por la modernidad y el placer": Hna. Magdalena Angona Edun
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"Trabajamos como almas que han heredado el espíritu del cuidado de los huérfanos. Dedicamos mucho amor y entrega a los colegios donde atendemos a niños desde cero años": Hna. Magdalena Angona (Foto: cortesía Hermanas Misioneras de María Inmaculada)
¿Cómo es la transformación de las vidas de los niños en los colegios?
La transformación es positiva, tanto así que después de salir de los colegios, y ya con su familia formada, las personas que se formaron aquí vuelven por consejo. Como ejemplo, las mismas hermanas de la congregación y la mayoría de las autoridades del país (formados en nuestros colegios), son fruto de nuestro trabajo misionero.
Desde 1909 estamos dedicados a la educación de los niños. La mayoría de la gente que ostenta grandes cargos administrativos en el país estuvieron a cargo nuestro. Nosotras mismas, como religiosas, fuimos educadas por religiosas.
Yo, a los 6 años, fui llevada al colegio y ahora trabajo en él. Todas nos formamos en los colegios y decidimos seguir trabajando para la congregación.
Como congregación autóctona nos ha tocado asumir todos los momentos difíciles de la Iglesia y de la sociedad en nuestro país. En nuestros 115 años de existencia, hemos pasado por muchas etapas misioneras.
Los colegios siempre están llenos porque implantamos nuestro carácter, la gente viene y eso es lo que nos anima a seguir. Nunca nos hemos quedado sin niños, cada año van apareciendo y eso es un reto.
Estamos a gusto con nuestro trabajo, aunque no faltan dificultades, pero siempre confiamos en la misericordia de Dios y en su divina providencia.
* Una investigación del Dr. Fernando Altemeyer, realizada en 2021, indica que en Guinea Ecuatorial hay 891 900 católicos (87 % de la población) , atendidos por 150 sacerdotes —"84 clérigos seculares y 66 religiosos"—, distribuidos en 72 parroquias y 845 centros de atención pastoral. Altemeyer contabilizó 225 religiosas consagradas.