Las hermanas lloran al papa Francisco, quien encumbró a las mujeres en la Iglesia

El papa Francisco saluda a monjas durante su audiencia general en el aula Pablo VI del Vaticano el 5 de enero. Francisco ha dicho que las religiosas desempeñan un papel esencial en el proceso sinodal a través de sus oraciones y participación y escuchando a personas que no suelen formar parte de este tipo de actividades eclesiásticas. (Foto: CNS/Paul Haring)

El papa Francisco saluda a monjas durante su audiencia general en el aula Pablo VI del Vaticano el 5 de enero. Francisco ha dicho que las religiosas desempeñan un papel esencial en el proceso sinodal a través de sus oraciones y participación y escuchando a personas que no suelen formar parte de este tipo de actividades eclesiásticas. (Foto: CNS/Paul Haring)

Chris Herlinger

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Traducido por Carmen Notario

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El papa Francisco, que elevó el estatus de las mujeres —y especialmente de las religiosas— dentro de la Iglesia católica más que ningún otro pontífice en la historia, falleció la madrugada del 21 de abril de 2025. Tenía 88 años.

A lo largo de su papado, que comenzó el 13 de marzo de 2013, tras la renuncia de su predecesor Benedicto XVI, Francisco denunció el clericalismo arraigado en la jerarquía eclesiástica, que durante siglos reservó la mayor parte del poder a los sacerdotes y obispos. Sin embargo, en los puestos de la burocracia eclesiástica que podían ser ocupados por laicos, Francisco se esforzó por romper con la tradición y nombró a mujeres religiosas.

“Francisco fue el mejor ejemplo de lo que haría el Jesús de los Evangelios, tal y como yo entiendo los Evangelios”, afirmó Beth Blissman, representante de la Comunidad Loretto ante las Naciones Unidas.

En 2022, Francisco reformó la constitución del Vaticano para permitir que las mujeres y los laicos ocuparan cargos en la curia romana. El 6 de enero de 2025, Francisco nombró a la misionera de la Consolata Simona Brambilla como prefecta del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, la oficina del Vaticano que trabaja con las órdenes religiosas y sus miembros. Por primera vez en la Iglesia católica, las religiosas serían supervisadas por una mujer.

La Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas afirmó que Francisco vivió el Evangelio.

"Encarnó los valores que defendió a lo largo de su sacerdocio: que las personas que sufren y están necesitadas deben ser nuestra máxima prioridad, que los líderes deben dedicar tiempo a escuchar a quienes tienen perspectivas diferentes a las suyas y que debemos ser valientes a la hora de alzar la voz ante todo lo que va en contra de las enseñanzas del Evangelio”, afirmó la conferencia en un comunicado. “Llevó generosamente en su corazón y en sus oraciones cada uno de los sufrimientos a los que se vio expuesto. Ofreció al mundo una imagen pública de una Iglesia acogedora e inclusiva, una Iglesia que se esforzaba por ser un verdadero ‘hospital de campaña’”.

El nombramiento de Brambilla siguió a una serie de nombramientos, entre ellos uno en 2021, cuando Francisco nombró a la hermana Javeriana Nathalie Becquart como subsecretaria de la oficina del Sínodo de los Obispos del Vaticano. Aunque compartiría el cargo de número dos de la oficina con un obispo, fue una novedad que se nombrara a alguien que no fuera obispo para el puesto, y mucho más una mujer.

La oficina, creada en 1967, organiza los sínodos en Roma, y en aquel momento se habló de que Becquart podría incluso votar en los sínodos, lo que en sí mismo sería una gran primicia.

La Hna. María Elena Méndez Ochoa, de las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo, saluda al papa Francisco en Roma en una audiencia privada para un grupo de hermanas latinoamericanas y un equipo de Extensión Católica el 26 de abril. (Foto: cortesía de María Elena Méndez Ochoa a partir de la foto impresa tomada por el Vaticano)

La Hna. María Elena Méndez Ochoa, de las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo, saluda al papa Francisco en Roma en una audiencia privada para un grupo de hermanas latinoamericanas y un equipo de Extensión Católica el 26 de abril. (Foto: cortesía de María Elena Méndez Ochoa a partir de la foto impresa tomada por el Vaticano)

En 2019, Francisco sorprendió a teólogos y religiosas por igual cuando nombró a seis líderes de órdenes religiosas internacionales y a una mujer que dirige un instituto de mujeres laicas consagradas como miembros de pleno derecho de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, donde asumieron un papel similar al de los miembros del consejo, responsables de examinar y votar las políticas que afectan directamente a las hermanas, una primicia para ese departamento del Vaticano.

En 2021, nombró a la franciscana Raffaella Petrini, de la Orden de la Eucaristía, como nueva secretaria general de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, convirtiéndola en la mujer de más alto rango del Vaticano, y en 2022 el anuario del Vaticano incluía a más de una docena de hermanas que trabajaban como funcionarias en sus departamentos y a muchas más como miembros y consultoras de diversos dicasterios.

En 2023, Francisco permitió que unas 50 mujeres fueran miembros de pleno derecho con derecho a voto en el Sínodo sobre la Sinodalidad. Anteriormente, las religiosas podían participar en los sínodos como observadoras o expertas, pero no tenían derecho a voto. Esta vez, los participantes, incluido Francisco, se sentaron en mesas redondas y todos tuvieron las mismas oportunidades de intervenir y participar.

Francisco revirtió la política y la práctica de la Iglesia en muchos aspectos: durante el sínodo de 2023 se reunió durante casi una hora con la hermana Jeannine Gramick, cofundadora del grupo de defensa de los católicos LGBTQI+ New Ways Ministry, con sede en Maryland. Gramick había sido investigada y reprendida durante décadas por obispos estadounidenses y funcionarios del Vaticano por su ministerio con católicos LGBTQI+. En una carta previa a la reunión, Francisco escribió: “Sé cuánto ha sufrido” y que “es una mujer valiente que toma sus decisiones en oración”.

“La reunión fue muy emotiva para mí”, dijo Gramick en ese momento. “Desde el día en que fue elegido, he amado y admirado al papa Francisco por su humildad, su amor por los pobres y por los rechazados por la sociedad. Es el rostro humano de Jesús en nuestra época. El papa Francisco mira dentro de tu corazón y sus ojos dicen que Dios te ama”.

En 2015, cuando Estados Unidos alcanzaba nuevos mínimos en sus divisiones sobre los inmigrantes en la frontera sur, Francisco dejó clara su postura, destacando a la misionera de Jesús Norma Pimentel ante 400 personas durante una videoconferencia para la televisión nacional, pidiéndole que se acercara y diciéndole “te quiero” por sus incansables esfuerzos en el ministerio con los inmigrantes en McAllen, Texas. Esa mención papal fue seguida por la presencia de Pimentel en la sección VIP de la Casa Blanca cuando el presidente Barack Obama dio la bienvenida a Francisco, un viaje a Nueva York para ver al papa hablar ante las Naciones Unidas y una reunión personal con él en la residencia diplomática de la Santa Sede.

Francisco no solo promovió y honró a las religiosas, sino que las motivó: en 2015 publicó su encíclica Laudato Si', un tratado de 184 páginas sobre el medio ambiente, en el que muestra las conexiones entre todo, desde la tecnología hasta la espiritualidad, las emisiones de carbono, la minería del cobre y la justicia medioambiental, pasando por el materialismo.

El lenguaje claro de Francisco en la encíclica no dejaba lugar a dudas: el mundo está en peligro, los seres humanos son la causa y también podemos ser la solución, una idea que las religiosas tomaron muy en serio. Muchas religiosas vieron en la encíclica una validación del trabajo medioambiental que llevaban décadas realizando y, en poco tiempo, una congregación tras otra fue implementando las Plataformas de Acción Laudato Si', en las que se establecía cómo iban a formar parte de la solución a la crisis climática en lugar de ser parte del problema.

Laudato Si' “fue una de las primeras cosas que hizo el papa Francisco que me inspiró”, dijo la dominica Adraian Durstyne Farnan, que representa a la Conferencia de Liderazgo Dominicano en las Naciones Unidas.

Farnan afirmó que el compromiso continuo del papa con la madre tierra y el planeta a lo largo de su papado fue una inspiración constante y un hito tanto para los católicos como para los no católicos preocupados por el cuidado de la Tierra.

“Le estoy tremendamente agradecida a él y a su visión”, dijo Farnan.

El papa Francisco se reúne con un grupo de monjas durante su audiencia general semanal en el Aula Pablo VI del Vaticano el 30 de agosto de 2023. (Foto: AP/Andrew Medichini)

El papa Francisco se reúne con un grupo de monjas durante su audiencia general semanal en el Aula Pablo VI del Vaticano el 30 de agosto de 2023. (Foto: AP/Andrew Medichini)

En 2022, las congregaciones de religiosas de Estados Unidos ya se enfrentaban a su complicidad en los internados para nativos americanos, un esfuerzo de 150 años del Gobierno federal para acabar con la cultura nativa. Entre 1819 y la década de 1970, había más de 400 internados financiados por el Gobierno en todo el país; 74 de ellos estaban dirigidos o atendidos por religiosas católicas de 53 congregaciones. Sus esfuerzos siguieron a décadas de trabajo similar por parte de congregaciones en Canadá.

Los esfuerzos de las hermanas por aceptar su responsabilidad y crear un espacio donde pudiera comenzar la sanación fueron respaldados por Francisco en julio de 2022, cuando viajó a Canadá para pedir perdón por el papel de la Iglesia católica en las escuelas, que calificó de “catastrófico” y “error desastroso”.

“Pido humildemente perdón por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas”, dijo Francisco. Ya había pedido perdón a una delegación de líderes indígenas que había viajado a Roma el año anterior, pero dijo que también necesitaba ir a pedir perdón en persona.

Francisco también rompió con el pasado cuando se reunió con los participantes en la plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), celebrando sesiones de preguntas y respuestas con ellas y, en ocasiones, renunciando por completo a sus comentarios preparados en favor del diálogo.

En 2016, una de las preguntas se refería a la posibilidad de que las mujeres fueran diaconisas en la Iglesia, y Francisco respondió autorizando una comisión para estudiar la historia de esta práctica. La medida fue aplaudida, pero la comisión se disolvió posteriormente sin hacer público su informe.

Francisco continuó ese día advirtiendo a las hermanas que estuvieran al servicio, pero no en servidumbre.

“Cuando se os pide algo que es más servidumbre que servicio, tened el valor de decir ‘no’. Este es un punto bastante útil, porque cuando se pide a una mujer consagrada que realice un trabajo de servidumbre, se degrada la vida y la dignidad de esa mujer”, dijo Francisco. “Su vocación es el servicio: el servicio a la Iglesia. ¡Pero no la servidumbre!”.

Francisco dio al mundo la imagen pública de una Iglesia acogedora e integradora, una Iglesia que se esforzaba por ser un verdadero "hospital de campaña".

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Y aunque ya se habían producido importantes cambios de personal en el Vaticano cuando comenzó el pontificado de Francisco en 2013, tanto la controvertida visita apostólica a las religiosas de Estados Unidos como la evaluación doctrinal de la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas, el lobby católico por la justicia social Network y el Centro de Recursos para Institutos Religiosos, terminaron rápidamente bajo su mandato y ambos con elogios por el trabajo y la fidelidad de las hermanas.

La visita apostólica comenzó en 2008 y terminó en diciembre de 2014; la evaluación doctrinal comenzó dos meses después y terminó en 2012, pero fue seguida por tres años de supervisión y reformas obligatorias, que terminaron en abril de 2014. Las dos investigaciones, realizadas por dos congregaciones vaticanas distintas, llevaron a católicos laicos de todo el país a ponerse del lado de las hermanas, lo que profundizó la desconfianza hacia una jerarquía eclesiástica ya gravemente dañada por el escándalo de los abusos sexuales.

El apoyo de Francisco a las hermanas y los informes que elogiaban su compromiso le granjearon el cariño de las religiosas de todo el mundo, que habían seguido de cerca las investigaciones sobre las hermanas en Estados Unidos. En otra muestra más de su solidaridad con las religiosas, en la plenaria de la UISG de 2019, comenzó la sesión pidiendo que se colocaran dos sillas una al lado de la otra y pidió a la hermana Carmen Sammut, superiora general de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de África y presidenta saliente de la UISG, que se sentara a su lado.

La hermana Irene O'Neill, de las Hermanas de San José de Carondelet, que es presidenta de Sisters Rising Worldwide, una organización sin ánimo de lucro dirigida por hermanas con sede en St. Paul, Minnesota (EE. UU.), y con vocación internacional, también elogió el compromiso del papa con el diálogo y su sensibilidad pastoral.

“Venía del pueblo, era del pueblo y era para el pueblo”, dijo. “Nos habló de forma convincente a todos y nos dijo: ‘Colaborad, ayudad a los demás’. Eso es lo que hacemos nosotros, el pueblo de Dios”.

Nota: Puede leer acá este artículo en inglés.