CLAR pide respeto por la vida religiosa en Nicaragua

Nicaragua's President Daniel Ortega speaks during the inauguration of Venezuela's President Nicolas Maduro, on Jan. 10 in Caracas, Venezuela. Nicaragua has canceled the legal status of more than 5,400 religious and nongovernmental groups over the past six years as the government of Ortega and his wife, Vice President Rosario Murillo, closed spaces for civil society, persecuted the press and the opposition, and infringed on basic rights such as the freedom of association. (OSV News/Reuters/Gaby Oraa)

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, habla durante la toma de posesión del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, el 10 de enero en Caracas, Venezuela. En los últimos seis años, Nicaragua ha cancelado el estatus legal de más de 5400 grupos religiosos y no gubernamentales, mientras que el gobierno de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, han cerrado espacios para la sociedad civil, perseguido a la prensa y a la oposición, e infringido derechos básicos como la libertad de asociación. (OSV News/Reuters/Gaby Oraa)

La organización más grande de vida religiosa en América Latina pidió el 29 de enero ‘respeto’ por la vida de religiosas y religiosos en Nicaragua, tras publicaciones en redes sociales que dicen que un grupo de Clarisas ha sido expulsado del país.

"Nos solidarizamos con las religiosas/os víctimas de la persecución y el exilio que ha impedido ejercer su ministerio en Nicaragua", dice el comunicado de la Confederación Latinoamericana de Religiosos, conocida como CLAR. "Hacemos un llamado al respeto de la vida y a la libertad de las religiosas/os", precisa.

La declaración se publicó horas después de que en redes sociales, muchas cuentas dirigidas por nicaragüenses exiliados, se publicaran vídeos y fotos a través de los cuales se informaba que eran tres comunidades de hermanas Clarisas a las cuales se les había ordenado salir del país, tras la confiscación de sus propiedades, y además se desconocía el paradero de estas mujeres.

Global Sisters Report no ha podido confirmar los informes de forma independiente.

A screenshot of CLAR's Jan. 29 statement in solidarity with women and men religious in Nicaragua (GSR screenshot)

Captura de pantalla de la declaración de la CLAR del 29 de enero en solidaridad con las religiosas y religiosos de Nicaragua (Captura de pantalla de GSR) 

El sacerdote nicaragüense Erick Díaz, quien fue expulsado por su Gobierno en 2022 y ahora vive en Chicago, dijo en una publicación en Facebook que lo de las hermanas se trata de "un día más de persecución religiosa en Nicaragua", y añadió que el convento de las religiosas  y otras propiedades habían sido confiscadas.

"Como hombres de fe invitamos a la oración. Los conventos son espacios de recogimiento y oración", dijo. "La cruz sigue siendo muy pesada para la fe y para los verdaderos cristianos de ese país", añadió.

Díaz pidió unidad y dijo que 2025 es un año de esperanza en medio de días muy grises.

La CLAR ha manifestado reiteradamente su apoyo a los nicaragüenses en general, pero en particular a la vida consagrada expulsada y a los que permanecen en el país, a veces en la clandestinidad. Es difícil saber cuántas congregaciones se han ido por decisión propia o han sido expulsadas.

Algunas, como la comunidad de Carmelitas Descalzos, que llevaba más de 50 años en Managua, anunció el 23 de enero que la orden entregaría a las manos del arzobispado la parroquia El Carmen, la cual está en el barrio donde viven el presidente Daniel Ortega, con su esposa, y la vicepresidenta del país Rosario Murillo. 

Los Carmelitas Descalzos dijeron en en un comunicado: "Si Dios padre lo permite, cuando tengamos más vocaciones, podremos regresar".  Pero activistas dicen que los frailes fueron expulsados. Algunas otras comunidades se han ido en silencio, sin decir que se iban ni por qué.

El éxodo de comunidades religiosas de Nicaragua a gran escala comenzó en 2022 con la expulsión pública de las Misioneras de la Caridad, fundadas por santa Teresa de Calcuta. Desde entonces, otras comunidades han salido con bajo perfil o diciendo que es por falta de vocaciones, mientras algunas en privado han dicho que las limitaciones del Gobierno y la persecución ha hecho difícil atraer a nuevos miembros.

Una hermana nicaragüense que habló con GSR bajo condición de anonimato en agosto de 2024 dijo que es difícil para la vida consagrada hablar de lo que pasa, incluso después de haberse ido, porque les preocupa las represalias del Gobierno contra los que se han quedado.

"Nosotros aquí, por la situación, no podemos decir nada, no podemos publicar nada, no podemos absolutamente compartir ninguna información, como haría cualquier persona normal en cualquier país normal", declaró en ese entonces la hermana a GSR.