En un mundo marcado por la incertidumbre de la guerra, la violencia y la división, el Adviento surge como una invitación a la esperanza y al silencio transformador. Hermanas católicas de diversos contextos —Siria, Nigeria, Ucrania, América Latina— comparten cómo este tiempo litúrgico ilumina caminos de fe y resiliencia, recordándonos que la promesa de Emmanuel sigue viva en medio del caos. “Dios transformará nuestro dolor, nuestras lágrimas en alegría", expresó una de las religiosas.