La Hna. Elsa Narváez Rodríguez, de las Misioneras Servidoras de la Palabra, muestra una carta en la que uno de los presos agradece al equipo por el estudio bíblico y les comunica que le han transferido a otra prisión. "Durante todo este tiempo he crecido en todo sentido; mi fe se estableció", escribió. (Foto: GSR/Luis Donaldo González)
Cuando la Hna. Elsa Narváez Rodríguez llegó a trabajar a la arquidiócesis de Boston hace siete años, sorpresivamente comenzó a recibir decenas de cartas en español escritas por presos de diferentes cárceles en los Estados Unidos. Ellos pedían a la Iglesia católica que les enviara la Palabra de Dios en su propia lengua.
"¿Qué ha pasado? Ya no hemos recibido el estudio bíblico", decía una de las primeras cartas que Narváez Rodríguez recibió. "Por favor, necesitamos recibir la Palabra de Dios", añadía.
Narváez Rodríguez es una religiosa mexicana miembro de las Misioneras Servidoras de la Palabra. Actualmente trabaja como consultora de evangelización para las comunidades hispanas en la Oficina Arquidiocesana para el Ministerio Multicultural.
"¿Cómo no voy a responder a estos hermanos que quieren encontrarse con Dios?", dijo Narváez Rodríguez a Global Sisters Report (GSR) y agregó: "Dios me pide vivir esta obra de misericordia".
La evangelización por correo en las cárceles de Massachusetts es un proyecto que comenzó hace más de 25 años en Boston, sin embargo, se puso en pausa por falta de personal. Desde 2017, Narváez Rodríguez ha retomado este ministerio, para el cual organizó un equipo base de seis mujeres voluntarias que periódicamente se reúnen en una parroquia del norte de la ciudad.
"Es muy impactante descubrir cómo estos hombres buscan a Dios", dijo la religiosa. "Ellos tienen sed de Dios", afirmó.
El proyecto de evangelización, llamado Escuela de Estudio Bíblico, ofrece un programa en español que consta de cuatro módulos de formación en la fe para que —con base en lecturas y comunicaciones por correo postal— los presos profundicen en la fe cristiana, en los sacramentos, en la apologética y en la Escritura. Este proyecto es una respuesta a la falta de ministerio hispano católico y materiales religiosos en español dentro de las prisiones de Estados Unidos.
"Además de la Arquidiócesis de Boston, hemos recibido ayuda de la Orden de Malta, quienes nos donaron biblias católicas y libros de oración en español para los presos", dijo la Hna. Elsa Narváez Rodríguez. (Foto: GSR/Luis Donaldo González)
"Durante todo este tiempo he crecido en todo sentido; mi fe se estableció", se lee en una de las cartas a las que GSR tuvo acceso. "Gracias por seguir enviándome tan apreciado material", agregaba el documento.
El ministerio de la religiosa y de su equipo es un esfuerzo para salvaguardar el derecho civil que los presos tienen a ejercer su religión con libertad.
"Según la ley federal, un centro penitenciario no puede imponer cargas sustanciales al ejercicio de la religión de un preso," explicó el sacerdote jesuita George Williams, presidente de la Coalición de Ministerios Católicos de Prisiones (CPMC, por sus siglas en inglés) en los Estados Unidos, refiriéndose a la Ley de Uso de Tierras para Fines Religiosos y la Ley de Personas Internadas que fue promulgada en 2000.
Actualmente, la Escuela de Estudio Bíblico beneficia a casi 150 presos hispanos que están dispersos en cárceles de diferentes estados, como Massachusetts, Nueva Jersey, Tennessee, Luisiana, California y Texas.
"Seguimos los estrictos reglamentos que cada cárcel tiene", explicó la voluntaria María Eugenia Sánchez. "Si fallamos, ellos nos devuelven los paquetes en su totalidad. [Por ejemplo], un solo clip o una grapa puede hacer que los presos dejen de recibir los materiales que les preparamos", indicó.
El alcance nacional de este proyecto se debe a que los presos son movidos constantemente, según Narváez Rodríguez. "Si su sentencia es la deportación, los van moviendo cada vez más al sur," dijo.
Además, la lista de beneficiarios sigue creciendo. "Los mismos internos van recomendando a sus compañeros que se unan al programa", manifestó la religiosa.
La Hna. Elsa Narváez Rodríguez, de las Misioneras Servidoras de la Palabra, prepara la correspondencia para los casi 150 presos con quienes ella y el equipo de la Escuela de Estudio Bíblico comparten la Palabra de Dios. (Foto: GSR/Luis Donaldo González)
Ante la creciente demanda de solicitudes, estas mujeres organizaron un equipo externo y confidencial de 20 laicos que se dedican a leer, revisar y responder la correspondencia personalmente.
"Respondemos a cada carta personalmente", dijo a GSR una de las voluntarias, quien pidió mantener su identidad en secreto. "Conocemos lo que hay en el corazón de los internos", aseveró, pues muchas veces los presos escriben sobre sus situaciones personales.
Para Sánchez, llevar a cabo este ministerio por correo requiere un esfuerzo económico grande. "Desde febrero estamos trabajando para constituir formalmente la Escuela de Estudio Bíblico como una ONG, capaz de recibir donaciones y llegar a más personas", explicó.
Realizar esta obra de misericordia corporal con los encarcelados no es un trabajo fácil, sin embargo, el equipo sale adelante cada mes con la ayuda de la arquidiócesis de Boston, así como de la Orden de Malta, que les ha donado biblias y libros de oración en español para los presos.
"Es una obra de misericordia que se hace con paciencia y fe", afirmó Narváez Rodríguez.
Aunque existen otras fundaciones en Estados Unidos que realizan un ministerio parecido en inglés, Narváez Rodríguez y su equipo tienen como principal objetivo ofrecer los materiales completamente en español y gratuitos, tal como lo han estado haciendo hasta ahora.
El equipo de la Escuela de Estudio Bíblico se reúne periódicamente en una parroquia del norte de la ciudad. (Foto: GSR/Luis Donaldo González)
"A veces no pueden asistir a misa porque en muchos lugares solo celebran misa en inglés. Muchos de ellos solo cuentan con este material para encontrarse con Dios", dijo Sánchez.
Por su parte, Williams sostiene que este creativo ministerio de evangelización por correo es de gran ayuda debido a que existen pocos ministros hispanohablantes en la pastoral penitenciaria católica a nivel nacional.
Este ministerio de evangelización por correo es una manera en la que los presos también pueden expresar sus sentimientos y pedir apoyo espiritual a las comunidades católicas que les brindan servicio pastoral.
"Pido a Dios por mi esposa María y nuestros hijos Ana y José, para que el Señor los bendiga donde quiera que se encuentren", escribe uno de los presos, quien agrega en la misiva: "También pido por todos mis compañeros prisioneros para que el Señor nos dé la fortaleza que necesitamos".
De acuerdo con Narváez Rodríguez, los principales problemas de los internos son la soledad, el abandono y la distancia de algunas de sus familias que viven en otro país. Estos difíciles sentimientos se hacen más grandes debido al ambiente hostil que los presos experimentan en las prisiones.
"Las prisiones son entornos traumatizantes", explicó Williams. "Diariamente, las personas están expuestas a la violencia, la explotación, la intimidación y las condiciones deshumanizadoras", puntualizó.
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"Nuestro sistema penitenciario estadounidense desgraciadamente refleja las opciones de nuestra sociedad", añadió.
Para el equipo de la Escuela de Estudio Bíblico es un motivo de gran alegría que, gracias a este ministerio, muchos de los presos se bautizan, profundizan en su fe católica y también se convierten en misioneros dentro de la prisión.
Aunque el catolicismo no es una religión predominante en las prisiones estadounidenses, "ellos se convierten en evangelizadores", explicó Sánchez.
"Este ministerio es un servicio de evangelización que va más allá de quien recibe las cartas", dijo. "Ellos comparten la fe con sus compañeros a través de círculos de lectura, la música y la oración", añadió.
"Ya saben, sigo enseñando la fe apostólica de nuestro nuestro Señor Jesucristo", se lee en otra de las cartas con fecha de mayo de 2024.
De acuerdo con la información del equipo, una vez que son liberados, muchos de los presos continúan viviendo su fe y hacen un intenso trabajo de evangelización.
"Tenemos testimonios de personas que una vez en libertad, siguen viviendo su fe y su misión en sus comunidades o países de origen", explicó Sánchez. "Se dedican a servir a sus parroquias en distintos ministerios", apuntó.
De acuerdo con la hermana Narváez Rodríguez y sus compañeras voluntarias, ellas seguirán trabajando en este ministerio para que los internos continúen encontrándose con Dios.
"Trabajamos por hacerles sentir que no están solos y que Nuestro Señor está con ellos y les acompaña a través de la Iglesia", dijo Narváez Rodríguez.
"Ellos también son parte de la Iglesia", afirmó.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 20 de septiembre de 2024.