La hermana dominica Adrian Durstyne Farnan, quien representa a la Conferencia de Liderazgo de las Dominicas en las Naciones Unidas desde 2019, asiste a la conferencia de la ONU sobre el cambio climático de 2022 en Sharm el-Sheikh, Egipto. (Foto: EarthBeat/Doreen Ajiambo)
En todo el mundo, casi 2400 millones de mujeres en edad de trabajar no tienen los mismos derechos legales que los hombres, según un informe de 2023 de Women, Business and the Law, un proyecto del Grupo del Banco Mundial. Es un dato asombroso, teniendo en cuenta que las mujeres representan algo más del 50 % de la mano de obra mundial, producen el 80 % de los alimentos en los países en desarrollo y prestan la mayor parte —más del 75 %— de los cuidados no remunerados a los niños y adultos de sus familias.
La igualdad de género es uno de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas (ONU) para el planeta y su población. Los ODS, que van desde la erradicación de la pobreza a la protección del clima, están conectados de tal forma que la consecución de uno ayuda a alcanzar otro: las personas con acceso a alimentos nutritivos tienen más posibilidades de gozar de buena salud, por ejemplo.
Por su parte, la Comisión de la ONU sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer señaló que la igualdad de género está en el centro de la solución de todos los objetivos, creencia compartida por la hermana Dominica Durstyne Dusty Farnan, representante ante las Naciones Unidas de la Conferencia de Liderazgo de las hermanas Dominicas desde 2019.
Farnan ha trabajado como profesora, trabajadora social clínica, directora de vocaciones y promotora de la justicia. Como encargada de la formación de hermanas indígenas en Ghana y Kenia, vio los pocos derechos que se conceden a las mujeres africanas. En 2015, formando parte de una delegación que visitó Irak, descubrió cómo muchos iraquíes —a menudo de forma desproporcionada mujeres y niños— se veían obligados a abandonar sus hogares por la guerra y el terrorismo.
Pero Farnan tiene fe en el poder de las mujeres.
"Tenemos que seguir educando a las niñas porque son nuestro futuro, nuestra esperanza de que este mundo sea más igualitario y de que seamos más generadores de vida", afirmó.
GSR: ¿Qué papel desempeña la igualdad de género en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas?
Farnan: Todos estos objetivos de desarrollo sostenible están relacionados con la toma de decisiones y el liderazgo. Así que si miramos los objetivos a través de la lente de la igualdad de género, podríamos empezar a ver otras cuestiones que tenemos que abordar. Pero no se puede hablar de mujeres sin incluir a las mujeres. Necesitamos que las mujeres hablen de cómo les afectan estos objetivos. Necesitamos que las mujeres participen en la toma de decisiones y en el liderazgo.
Tenemos que abordar cómo afectan a las mujeres la pobreza, el hambre, el bienestar, la educación o el agua. El agua es un enorme problema de equidad para las mujeres. ¿Saben cuántas mujeres recorren kilómetros para conseguir un cubo de agua con el que preparar la cena para sus familias o beber o utilizar en la vida cotidiana? Si las mujeres no tienen agua, ¿adivinen qué?: los hombres no comen.
Fíjese en la guerra y los conflictos. Si las mujeres estuvieran en la mesa, ¿creen que podría haber alguna solución al conflicto de Gaza, Israel o Haití?
¿Cómo se pueden contemplar estos objetivos y no ver el papel central de la mujer en todos ellos? Las mujeres constituyen la mitad de la población mundial, y las mujeres tienen otra forma de pensar sobre los conflictos, sobre la igualdad, la equidad, el género, sobre la sexualidad. ¿Cuántas veces has tenido conversaciones sobre alguno de estos objetivos y nadie ha mencionado el papel de la mujer?
De izquierda a derecha: Hna. Sheila Smith, del Sagrado Corazón de Jesús; Hna. Barbara Bozak, de San José; y Hna. Dusty Farnan, dominica, muestran un póster de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU tras participar en la 66.ª Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en 2022. (Foto: cortesía Durstyne Farnan)
Es porque no establecemos la conexión entre ellos, y establecer la conexión es una de las cosas que todos tenemos que hacer mejor. No solo para los objetivos de desarrollo sostenible, sino para todos los temas de los que hablamos.
La desigualdad salarial entre hombres y mujeres es un gran problema, especialmente cuando las mujeres no pueden ganar lo suficiente para mantenerse a sí mismas y a sus familias. ¿Podemos ayudar a las mujeres a progresar económicamente?
Aquí, en Nueva York, se ve a estas jóvenes dentro y fuera de Grand Central Station vendiendo fruta preparada por ellas. Compran la fruta, la cortan, la ponen en pequeños recipientes de plástico y la venden. Este es su modo para cuidar de sus familias. Hacen un trabajo increíble, pero es duro.
Y eso solo en Nueva York. ¿Te imaginas cómo es en otros países donde las mujeres son responsables de alimentar a sus familias?
Necesitamos más programas de microcréditos y microfinanciación para las mujeres. Tenemos que asegurarnos de que tengan acceso al capital y a los productos que necesitan para crecer económicamente.
No cabe duda de que invertir en las mujeres de esta manera es sumamente importante. Por eso muchas congregaciones religiosas, sobre todo en este país, han creado fondos fiduciarios o subvenciones —en nuestra congregación los llamamos inversiones alternativas— donde las mujeres pueden solicitar ayuda financiera para tener éxito en sus propias economías y poder alimentar y cuidar a sus familias.
Tenemos que implicar e invitar a las mujeres. Hay que animarlas a que creen oportunidades para sí mismas, ya sea en cooperativas de costura o de alimentos, haciendo pan o incluso cuidando a otras personas, que también es una parte importante del papel de la mujer en el mundo. Necesitamos lo que llamamos una economía del cuidado, para que las mujeres reciban fondos para cuidar de sus familias, ya sea de sus padres ancianos o de sus hijos. Esto es justicia económica.
La hermana dominica Dusty Farnan (centro) junto a otros representantes de organizaciones no gubernamentales en las Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos, en noviembre de 2021. (Foto: cortesía Dusty Farnan)
¿Cómo apartar a los hombres y los niños de la actitud de la sociedad patriarcal y acercarlos a la igualdad de género?
Los dejamos al margen y no dejamos que tomen el mando. [Risas]. Les dejamos participar.
Todas las madres tienen que empezar enseñando a hijos e hijas por igual. Cuando los niños y las niñas crezcan juntos, reconociendo los dones de cada uno, comprendiendo que son iguales, entonces veremos algún cambio. Es un primer paso muy importante.
Así que tenemos que educar incluso a nuestras madres sobre cómo incluir tanto a sus hijos como a sus hijas para que vean desde la perspectiva del otro y no solo desde la suya. La igualdad de género implica algún tipo de entendimiento mutuo.
Los Gobiernos también pueden desempeñar un papel, sobre todo en Estados Unidos, donde tenemos una mujer vicepresidenta. Ahora tenemos a la primera mujer afroamericana en el Tribunal Supremo. Deberíamos nombrar mujeres en otros departamentos gubernamentales, como vivienda y transporte, por ejemplo.
Eso es lo que esperamos que haga también la Iglesia. Por eso nos entusiasma que el papa Francisco esté empezando a nombrar a mujeres para determinados cargos en la Iglesia, que es otra forma de gobierno, por así decirlo. El nombramiento de mujeres muestra respeto hacia ellas al invitarlas a sentarse a la mesa.
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No hay duda de que el patriarcado sigue vivo y funcionando en la Iglesia, tristemente, y en el mundo. Creo que una de las cosas más tristes que he visto es que Jeffery Epstein ha vuelto a salir en los medios de comunicación. Ese hombre hizo cosas terribles a las mujeres y las niñas en términos de trata de personas, y es sorprendente para mí cuánto tiempo fue capaz de hacerlo, y cuántas personas lo encubrieron. Y cuántas mujeres formaron parte de ello, por la razón que fuera.
Creo que la igualdad de género significa hacer un llamamiento a las mujeres para que asuman también su papel y no se limiten a ceder ante cierto tipo de cosas. Si vemos algo en las redes sociales que realmente cosifique a una mujer, tenemos que decir algo; responde en Facebook o dondequiera que lo veas. No lo dejes pasar.
Del mismo modo, creo que siempre que veamos que ocurre algo bueno, tenemos que comentarlo. Siempre que veas a una mujer adoptar una postura un poco a la izquierda, felicítala porque sabes que está arriesgando mucho cuando hace una declaración contraria a la mayoría.
¿Qué otras medidas podemos adoptar para promover la autonomía de la mujer?
Las mujeres debemos ser más proactivas y comprometernos más con la igualdad de género. Necesitamos más mujeres que contribuyan al empoderamiento de todas las mujeres y niñas del mundo.
Así que las mujeres necesitan apoyar a sus amigas que están asumiendo funciones de liderazgo. No pueden hacerlo solas. Es como romper el techo de cristal y, para hacerlo, las mujeres necesitan a las mujeres.
También tenemos que acoger las ideas de los demás, no menospreciarlas. Las grandes palabras de hoy son diversidad e inclusión. Tenemos que apelar a la diversidad de ideas, así como a la diversidad de personas y culturas, porque si no lo hacemos, vamos a perdernos un posible camino hacia un mundo en paz.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 7 de marzo de 2024.