Columnas

La teóloga Consuelo Vélez reflexiona sobre la figura de Jesús como buen pastor en Juan 10, 11-18, y la relaciona con los desafíos de la Iglesia contemporánea. La laica de la Institución Teresiana destaca —en su columna para la serie Al partir el pan: domingos reflexivos— la importancia de velar por todas las personas, sin exclusiones ni jerarquías restrictivas, e invita a repensar los ministerios eclesiales, liberándolos del clericalismo y promoviendo un servicio que garantice el bienestar mutuo. 

A través de analogías entre experiencias personales y la relación de Jesús con sus amigos íntimos, Tracey Edsten, una laica asociada a las Hermanas Dominicas, nos invita a valorar el don de la amistad y a reconocer a aquellos que nos ayudan a reconstruirnos, devolviéndonos —a veces— al orden correcto. "Como persona soltera, tengo la bendición de contar con varias amigas que me entienden. No podría enfrentar las dificultades de la vida sin ellas", ha escrito. 

La Hna. María E. Méndez O. comparte la experiencia vivida por la Hna. Oliva Olivares al dejar agua para los migrantes que cruzan el desierto por Sásabe, Arizona, frontera entre México y Estados Unidos. En ese lugar, la religiosa de las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo escribió un poema y oró para honrar la vida de quienes arriesgan su vida en busca de mejores oportunidades lejos de sus países de origen.

Desde la cordillera argentina de Neuquén, la Hna. Ana María Siufi cuenta su experiencia junto a las familias trashumantes, con quienes comparte el pan, el fuego y la fe, en comunión con la naturaleza, y en quienes contempla el valor de la vida en comunidad para afrontar los desafíos. "Esta cultura, con su asombrosa capacidad de supervivencia, me está enseñando mucho sobre el mensaje de Jesús", ha escrito. 

En el tiempo cuaresmal que finaliza, la Hna. Susana Vanni invita a las religiosas a identificar a Jesús en el rostro de quienes sufren en América Latina y el Caribe, y que caminan junto a ellas. "¿Te escuchamos Jesús (…) en los rostros de esta humanidad herida que viene a nuestro encuentro?", se preguntó y exhortó: "¡Es momento de buscar a Jesús! Lo hallaremos en los destellos de una nueva esperanza que nace en los desiertos de lo cotidiano".

Las hermanas católicas, históricamente definidas por sus comunidades e instituciones, deben ahora abrazar una nueva identidad basada en la interdependencia y la individualidad. Este cambio implica desafíos emocionales y una redefinición de roles y decisiones. Un análisis profundo de la Hna. Judith Schaeffer, doctora en Psicología Clínica, plantea la pregunta crucial: ¿Están listas las religiosas para embarcarse en este viaje de transformación?

Marifer Icaza comparte su viaje desde una infancia con poca formación religiosa hasta su consagración como laica en un instituto secular. El camino de esta socióloga y consejera de adicciones, quien actualmente se forma como acompañante espiritual de los ejercicios espirituales ignacianos, ha estado marcado por la búsqueda de libertad espiritual y el acompañamiento a quienes necesitan liberarse de sus cargas y heridas físicas y emocionales. 

Deconstruir la vida consagrada para reconstruirla. Convertirse en hilo conductor entre pasado y futuro. Renovar la teología y la eclesiología. Evolucionar hacia un modelo relacional, profético y libre de institucionalismos. Estos son algunos de los desafíos que plantea a las religiosas católicas la Hna. Magda Bennásar en su columna para GSR.