Llevaba galones de agua al desierto de Arizona, Dios le habló al corazón

La Hna. Oliva Olivares, de las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo, deja agua bajo un árbol de mezquite en la comunidad de Sásabe, en el desierto de Arizona, para que pueda ser consumida por los migrantes que cruzan la frontera por allí. (Foto: Peter Tran)

La Hna. Oliva Olivares, de las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo, deja agua bajo un árbol de mezquite en la comunidad de Sásabe, en el desierto de Arizona, para que pueda ser consumida por los migrantes que cruzan la frontera por allí. (Foto: Peter Tran)

por María Elena Méndez Ochoa

Ver perfil del autor

Nota de la editora: La serie Acogiendo al Extranjero de Global Sisters Report examina más de cerca a las religiosas que trabajan con inmigrantes o migrantes. Las entregas presentan a hermanas y organizaciones que colaboran en red para servir mejor a quienes cruzan las fronteras, exploran las tendencias migratorias mundiales y abordan el tema de la inmigración en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

Caminar en el desierto bajo el sol abrasador y sobre la tierra árida es mucho más que una simple aventura para los miles de migrantes que sueñan con alcanzar el 'sueño americano'. Para ellos representa un viaje de varios meses —al que van sin dinero— lleno de innumerables peligros, extorsiones y cruces de países con la única esperanza de que Dios los lleve con bien a Estados Unidos; sin embargo muchos no logran llegar por encontrar la muerte en su camino. 

De acuerdo con la Organización Internacional de Migrantes, al menos 8565 personas murieron en rutas migratorias de todo el mundo en el 2023, lo que lo convierte en el año con mayor número de muertes jamás registrado.   

Al compartir con la hermana Oliva Olivares, religiosa de mi congregación, las Hermanas Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo, ella me contó que viajó a Sásabe, Arizona, con la misión de dejar galones de agua bajo los árboles mezquites para los migrantes que cruzan el desierto.

"La hermana Oliva me habló de una experiencia 'muy fuerte', porque pudo ver la vida en el desierto: la que pasa de manera transitoria y la que se queda [permanentemente] en forma de zapatos, fotografías, cruces…": Hna. María E. Méndez

Tweet this

Durante nuestra conversación, me compartió cómo al caminar por esas tierras le vinieron a la mente tantas generaciones de migrantes que han recorrido el mismo camino en el pasado, incluyendo abuelos, padres, hijos, niños y jóvenes que arriesgan sus vidas en busca de una vida mejor.  Esta experiencia es compartida por muchas familias, incluyendo la mía, que emigró definitivamente en 1984. 

La hermana Oliva me habló de una experiencia "muy fuerte", porque pudo ver la vida en el desierto, tanto la que pasa por ahí de manera transitoria y la que se queda en él de manera permanente en forma de zapatos, ropa, fotografías, cruces, mochilas, entre otros objetos que dejan los migrantes. El desierto no solo alberga la vida, sino también la muerte, y esos objetos eran "signos de muerte, derrota, desesperanza, frustración y fracaso", que afectan a cualquier persona que cruza por ahí.

A pesar de estos desafíos, la hermana Oliva destaca la generosidad de personas que elevan la dignidad de otros al pensar en esta obra de amor de llevar agua para ayudar a personas cansadas, sedientas y deshidratadas que desfallecen bajo la aridez de la tierra y las altas temperaturas del desierto. Ella describe esta experiencia como una vivencia espiritual: "Fue como si Dios me hubiera llevado al desierto para hablarme al corazón y vivir una experiencia que yo no pasé al venir a Estados Unidos", así como cuando dice en el libro del Profeta Oseas: "Te llevaré al desierto y te hablaré al corazón" (2,16).

Al escucharla hablar de su experiencia, vinieron a mi mente personas que conozco y otras de las que he escuchado que están en la frontera tratando de llegar. Ella me contó que mientras se encontraba en el desierto, en un momento de quietud, un poema surgió en su corazón para honrar la vida de tantas personas valientes que dejaron a sus familias atrás con dolor, en  busca de una vida mejor sin saber qué les esperaba durante su trayectoria. En ese momento de silencio en el desierto sintió "la necesidad de orar y honrar la vida de tantos migrantes a nivel mundial que constantemente están dejando sus casas para buscar una mejor calidad de vida para sus familias". 

  • Al cruzar el desierto de Arizona desde México hacia EE. UU., los migrantes puededen morir por el calor sofocante. En la imagen, objetos como una  manta testimonian el paso de estas personas que huyen de sus países de origen en busca de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias. (Foto: Peter Tran)

    Al cruzar el desierto de Arizona desde México hacia EE. UU., los migrantes puededen morir por el calor sofocante. En la imagen, objetos como una  manta testimonian el paso de estas personas que huyen de sus países de origen en busca de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias. (Foto: Peter Tran)

  • De acuerdo con la Organización Internacional de Migrantes, al menos 8565 personas murieron en rutas migratorias de todo el mundo en el 2023. (Foto: Peter Tran)

    De acuerdo con la Organización Internacional de Migrantes, al menos 8565 personas murieron en rutas migratorias de todo el mundo en el 2023. (Foto: Peter Tran)

  • En el desierto de Arizona permanecen las historias de vida de los migrantes en forma de zapatos, ropa, fotografías, cruces, mochilas, entre otros objetos que dejan antes de continuar su marcha. (Foto: Peter Tran)

    En el desierto de Arizona permanecen las historias de vida de los migrantes en forma de zapatos, ropa, fotografías, cruces, mochilas, entre otros objetos que dejan antes de continuar su marcha. (Foto: Peter Tran)

  • Objetos dejados atrás, como garrafas de agua vacías, evidencian el tránsito de muchas personas —provenientes de México— a través del desierto de Arizona en busca de una mejor vida en Estados Unidos. (Foto: Peter Tran) 

    Objetos dejados atrás, como garrafas de agua vacías, evidencian el tránsito de muchas personas —provenientes de México— a través del desierto de Arizona en busca de una mejor vida en Estados Unidos. (Foto: Peter Tran) 

"Líderes religiosos, personal humanitario y residentes de la frontera llevan agua a algunas de las zonas más apartadas del desierto de Arizona con el propósito de salvar las vidas de inmigrantes indocumentados": Hna. María E. Méndez

Tweet this

Este poema es para todo migrante:

A ti que dejaste tu país…

A ti que dejaste tu país, ciudad, pueblo, familia, 
Que te arriesgaste a cruzar el mar, el río, desiertos y montañas en busca de una vida nueva, 
y emprendes tu caminar
dejando con dolor a tu familia, asegurándole que pronto volverás.

Confías en la presencia de Dios,
que te acompaña en tu vida,
sabiendo que estará siempre contigo
y que en ningún momento te olvida.

Soportas peligros, hambre, frío, calor, caídas,
dolores, tristezas, maltrato, angustias.
Confías en poder llegar hasta tu destino final.

Hay algo profundo en ti
que te hace decidir, 
optar por una mejor vida
aunque tengas que sufrir.
¡Qué gran aventura vives,
no lo puedo siquiera imaginar!,
lo que sí puedo entender, 
que hay deseo de calidad.

Tus familiares valoran tu firmeza y 
tu lealtad mientras luchas para construir una vida nueva,
aunque vivas con soledad.

A ti mujer, hombre, niña, niño, bebé,
que has dejado huellas mientras caminabas,
gracias por ser tan valiente y atreverte a luchar.

No sé cuál era tu destino,
pero llegaste a un lugar,
si viviste o moriste, no lo sé;
quiero honrar hoy tu dignidad.

Tu meta era cruzar,
aunque no sabías a dónde llegar,
pero donde quiera que estés hoy,
ese es hoy, ese es tu lugar.

Ellos son dignos de ser reconocidos.
Los pasos que han dejado. 
Han hecho del desierto
un espacio sagrado.

Al ir dejando sus huellas mientras iban de camino,
ellas han servido de guía para que otros 
lleguen más fácil a su destino.

Son muchas las cruces plantadas en el desierto,
con cada una de ellas nosotros honramos la vida
que, por algo o alguien, ahí les fue arrebatada.

Algunas cruces tienen nombre, porque la persona se pudo identificar,
otras cruces no lo tienen, porque no se pudo encontrar,
pero todas son un signo de respeto y dignidad.

Hoy bendigo tu existencia y tu persona,
por ser parte de la historia,
y quiero que tú lo sepas,
que estás en nuestra memoria.

Gracias, hermanos/as migrantes,
¡qué admirable es su valentía!,
estamos muy agradecidos
por ser testimonio de vida. Amén.

                                                                        Oliva Olivares Gutiérrez, MGSPS

La emigración no ha terminado ni terminará pronto, debido a la pobreza, la violencia, la inseguridad y las malas administraciones en nuestros países que obligan a la gente a buscar mejores oportunidades de vida, sin importar el costo económico o el riesgo para sus vidas. Venir a Estados Unidos tampoco es garantía de que su vida será mejor, pero muchos asumen el riesgo al cruzar el desierto de Arizona en busca de esperanza.  

Bajo el lema "la ayuda humanitaria no es un crimen", líderes religiosos, personal humanitario y residentes de la frontera llevan agua a algunas de las zonas más apartadas del desierto de Arizona con el propósito de salvar las vidas de inmigrantes indocumentados. Honremos el derecho de cada persona a buscar una vida mejor.