Desde sobrevivir a una guerra civil con un grupo de niños en las montañas hasta reconstruir escuelas devastadas por tifones: así ha vivido su ministerio la hermana misionera dominica María Valentina Rebollos Paragas, quien se ha empeñado en proteger y educar a los niños, muchos de ellos huérfanos, en países como Filipinas, Australia y Timor Oriental, convirtiéndose en un símbolo de esperanza y humanidad en medio del caos y la barbarie.